Las redadas tendrán peso en las urnas, advierten expertos y activistas
El peligro para los demócratas es que muchos hispanos se queden en casa
WASHINGTON.- La Administración Obama ha recurrido a las redadas para frenar el aumento de la llegada de centroamericanos indocumentados a la frontera sur pero, según afirmaron este lunes expertos y activistas, estas operaciones podrían perjudicar más a los demócratas en noviembre próximo.
El titular del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, confirmó este lunes que 121 centroamericanos indocumentados fueron arrestados el pasado fin de semana en Texas, Georgia y Carolina del Norte y están ahora en proceso de deportación, además de que prometió más redadas en el futuro previsible.
Expertos y activistas consultados hoy por este diario coincidieron en que la óptica de las operaciones policiales de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) tendrá un impacto en las urnas el próximo 8 de noviembre, pero perjudicará en particular a los demócratas, que han cultivado durante años una imagen “pro-inmigrante”.
En general, los republicanos han perdido terreno entre los votantes latinos en los últimos años y, según las encuestas, la retórica anti-inmigrante del magnate empresarial, Donald Trump, les ha hecho más daño.
Por ello, el peligro no es tanto que los latinos voten por un republicano sino que se queden en casa y, tradicionalmente, la abstención electoral suele perjudicar más a los demócratas.
Los demócratas, los más perjudicados
Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland, señaló que las redadas están aterrorizando a las familias inmigrantes, y aquellas que tienen ciudadanos estadounidenses no lo olvidarán al emitir su voto.
“Están aterrorizando a nuestros vecindarios, nuestras comunidades. Políticamente, tiene un impacto fuerte para esta Administración, porque el récord que va a quedar del presidente Barack Obama es que es el presidente de las deportaciones… sus alivios migratorios están congelados en los tribunales”, dijo Torres.
“Después de siete años y dos meses, lo que hemos visto son redadas y redadas…. la gente latina pro-inmigrante no va a votar por (Donald) Trump ni por otro republicano anti-inmigrante, pero tampoco van a salir a votar por los demócratas si continúan estas redadas”, vaticinó el activista.
Obama ganó la presidencia en 2008 en buena parte por el apoyo de los latinos, a quienes prometió impulsar una reforma migratoria, y logró la reelección en 2012 renovando esa promesa.
Alex Nowrasteh, analista de temas de Inmigración del conservador Instituto Cato, señaló que las redadas “perjudicarán la imagen pro-inmigrante de los demócratas en las elecciones generales” porque, puestos a escoger, muchos votantes pro-inmigrantes preferirán quedarse en casa.
Si Hillary Clinton se alza con la candidatura presidencial del Partido Demócrata, “sus credenciales pro-inmigrantes, relativamente débiles, añadirán a ese efecto”, vaticinó.
“Si la inmigración sigue dominando en esta temporada electoral en 2016 y los votantes anti-inmigrantes mantienen su entusiasmo, el daño podría impactar el voto. Pero las probabilidades de que cambien el resultado sólo sobre este tema son mínimas”, aseguró Nowrasteh.
Sin embargo, Simon Rosenberg, presidente de “NDN”, un grupo demócrata progresista, no considera que las redadas tendrán mucho impacto político, debido a que se trata de un número pequeño de personas “que ya habían agotado todas las opciones legales para quedarse en el país”.
“No es una reanudación de las redadas masivas de la era de Bush; es un DHS reformado que está haciendo su trabajo para que se obedezcan nuestras leyes. Pero la Administración Obama sí necesita mejorar mucho más la forma en que comunica al público su gestión del complejo sistema migratorio que tenemos…creo que tienen que ser más agresivos” con las explicaciones, afirmó Rosenberg.
Tras la crisis humanitaria en la frontera sur en 2014, el gobierno federal incrementó la vigilancia de la zona, lo que, según DHS, ayudó a reducir la inmigración ilegal.
Ahora, ante un aumento de la llegada de centroamericanos, la mayoría de los cuales huye de la violencia en Guatemala, El Salvador y Honduras, la Administración Obama quiere dejar en claro que hará cumplir las leyes de inmigración.
Según otros observadores, los demócratas apuestan a que las redadas sean un lejano y borroso recuerdo para cuando ocurran los comicios generales y, al igual que lo hicieron en 2012 –cuando Obama recibió el 71% del voto latino-, los hispanos de nuevo se taparán la nariz y escogerán al menor de los males.
“La lógica acá es ´hagamos las redadas ahora´para que la gente se olvide -los votantes tienen corta memoria-, con la esperanza de que algo ocurra entre ahora y las elecciones en noviembre que movilice a los latinos a votar por los demócratas”, dijo Robert G. Deposada, un consultor independiente.