Peleas entre candidatos republicanos ayudan a Obama

Hasta ahora las primarias republicanas han tenido más altos y bajos para los candidatos que una montaña rusa. En la Florida ganó Mitt Romney con el apoyo del voto hispano, de las mujeres casadas, y de las personas de la tercera edad. Ganó por un margen amplio, pero no sin antes haber pasado un buen susto.

Hace dos semanas Newt Gingrich le había propinado una paliza similar a Romney en las primarias de Carolina del Sur. Gingrich entró en la Florida viento en popa y a toda vela. Pero en menos de 10 días su campaña se desinfló, y esa es la historia principal de estos comicios: ¿Cómo es posible que Gingrich cayera de puntero a un lejano segundo lugar en menos de dos semanas?

Has varias explicaciones: Gingrich dice que los miembros del Partido Republicano tradicional le cayeron encima y en parte tiene razón. Agrega que Romney le cayó a “billetazos” con los millones que tiene acumulado y con la ayuda de grupos adeptos al ex gobernador de Massachusetts. También tiene razón.

Pero a la vez, Romney ganó porque supo mejorar su comparecencia en los debates y en los dos celebrados antes de las primarias Gingrich tuvo sus dos peores actuaciones. Romney estaba preparado y Gingrich seguía improvisando.

Lo que más sorprendió, sin embargo, es el margen de la victoria abrumadora de Romney y lo que esto puede significar a futuro. Gingrich, el ex senador de Pennsylvania Rick Santorum, y el representante de Texas Ron Paul dicen que van a continuar en la pelea hasta la convención republicana en Tampa este verano.

Todavía tienen varias oportunidades de volver a descarrilar la campaña de Romney, pero cada vez va a ser más difícil hacerlo.

Romney sacó más votos que Gingrich y Santorum juntos. Obtener el 46 por ciento del voto en una contienda con cuatro candidatos de nombre no es fácil y Romney lo logró.

El exgobernador ganó todos los grupos importantes de votantes por amplio margen. Sólo entre los que se consideran “muy conservadores” tuvo un margen de victoria mínimo, lo cual sigue siendo su punto flaco.

Sin embargo no dejó dudas entre la gran mayoría de los votantes de la Florida que él es el candidato que mejor podría competir con el presidente Barack Obama en noviembre. Eso es importante, porque la Florida es el estado de mayor diversidad entre los que ya han votado sus preferencias.

Ahora el calendario político favorece a Romney. En febrero hay sólo siete estados que tienen primarias o un “caucus” donde los más fieles de los partidarios de cada partido escogen a su candidato.

En Nevada Romney tiene un buen porcentaje de votantes mormones que le servirán de base; en Michigan la familia tiene historia (su padre fue gobernador); Maine es un estado del noreste y moderado; y en Minnesota el ex gobernador Tim Pawlenty ya ha dado su respaldo a Romney (aunque dice que no puede garantizar su victoria). Colorado y Arizona pueden ser los más peleados. Y en Missouri, donde no se escogen delegados a la convención, pero sí expresan su preferencia, Gingrich ni siquiera está en la boleta.

Después viene marzo con su “Super martes” donde hay primarias que Gingrich puede y debe ganar.

El problema que tiene Gingrich es por partida doble. Para jugar un papel importante en varios estados el mismo día se necesita mucho dinero y una buena organización. A Gingrich le faltan las dos cosas. Podría ganar dos o tres estados, entre ellos Georgia, pero ni siquiera está en la boleta de Virginia. Eso es grave.

Hoy la ventaja que tiene Romney en organización y dinero parecen ser insuperables. Pero Romney todavía no ha logrado captar el corazón de los más conservadores del Partido Republicano que todavía prefieren a Gingrich o a Santorum. Y no podemos olvidar a Paul, un libertario cuyos partidarios son furibundos.

El futuro de las posibilidades electorales de los republicanos está en juego. Los partidarios de Gingrich no quieren a Romney y los del ex gobernador no quieren a Gingrich. La pelea ha sido dura y fea. El lodo va y viene con fuerza. Hay quienes dicen que esto fortalece la candidatura de cualquier republicano en noviembre.

Yo creo que si siguen peleando en el lodazal, el ganador va a ser el presidente Obama.

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