Risas latinas en Grand Central
Payasos hispanos alivian paso de transeúntes en congestionada estación
Manhattan – El abuelo del mexicano Iván “Von” Vargas fue domador de tigres, sus padres han sido acróbatas por 22 años y su hermana cuida caballos y elefantes como lo hacía su abuela. Cuando él nació en Tampa hace 21 años, su destino ya estaba escrito bajo la gran carpa de Ringling Bros and Barnum Bailey, la compañía circense que se presentará este marzo en Newark, East Rutherford y Uniondale.
Ayer Vargas y sus 12 compañeros alegraron el día en el convulsionado Grand Central Terminal, en Manhattan, donde instalaron su Universidad de Payasos para promocionar sus espéctaculos en el área triestatal. “Me encanta ir de pueblo en pueblo y hacer reír a las personas”, comenta este joven que incorpora las piruetas que heredó de sus padres a su rutina cómica. La mejor parte de su día es cuando interactúa con la gente antes del show. Su sueño es abrir su propia escuela de payasos, dice mientras asegura que su cabello encendido esté de puntas.
Henry Higinio, peruano de 36, también regaló sonrisas en la estación de trenes. El vino de Lima hace 7 años, donde un cazatalentos lo “descubrió” trabajando en obras infantiles y programas de radio. “La risa es internacional”, asegura la voz de la experiencia, para quien al comienzo sacar una carcajada fue más fácil que entender lo que le decían en inglés.
Aunque tiene 15 años en este oficio, Higinio no descansa en preparar sus rutinas; le lleva unos 12 meses pulir lo que presentará cada temporada. “Corporalmente tenemos todos los recursos para hacernos entender sin decir una palabra”, acota y basta verlo en escena para saber que su arte derriba cualquier barrera idiomática.
Cientos de personas se agolparon desde las 7:30 a.m. para ver los performances. Unas 18 se anotaron para audicionar como bufones ese día. Entre ellas estaba Skalomit Oren, de 23, israelita criada en Colombia quien estudia actuación en Circle in the Square y sueña con ser artista de circo. “Hoy murió abuelita y yo decidí tomar clases para ser payaso. Ella era mi inspiración”, recuerda la joven quien hizo un alto a su tristeza para llenar con su sonrisa y gestos el escenario en homenaje a quien le enseño a reír.