Jefes destructivos
Las actitudes negativas de un jefe reflejan a una persona insegura que se alimenta de la desilusión de sus subalternos.
Mantener viva la creatividad, el compromiso y la pasión dentro de un grupo de trabajo podría ser el más grande reto de un jefe, por eso resulta complicado creer que existen líderes que lejos de alimentar estas características, con sus acciones y palabras hacen todo lo posible para detener su progreso y revertir la posibilidad de convertir a su equipo en grandes conquistadores de metas.
Para Alejandra, que tiene cerca de 5 años trabajando en la misma empresa, el tema es claro y acepta que es un testimonio vivo de esta situación: “Aunque los resultados de mi área sean buenos, mi jefe siempre encuentra un motivo para poner en duda la capacidad que tenemos para resolver, nos dice que no cree viable que todo haya salido bien a la primera y que seguramente en algo nos equivocamos. Si le demostramos que está perfecto todo, entonces le dice a la cabeza de grupo que lo que ocurre es que los estándares de calidad que nos está pidiendo son bajísimos y por eso lo logramos”.
Por increíble que parezca las actitudes de este tipo no reflejan sino a una persona insegura que se alimenta de la desilusión de sus subalternos, es la forma en que él cobra fuerza y por alguna extraña razón, piensa que minimizar el esfuerzo de sus equipos de trabajo lo hace a su vez más grande ante los ojos de los demás, pues asume que transmite una imagen de alguien exigente y comprometido por alcanzar los mejores resultados, aunque la realidad es que trata de esconder su propia falta de compromiso y de pasión con lo que hace.
Así lo explica Bernardo Stamateas, autor del libro, Gente tóxica, Ediciones B: “Podemos darnos cuenta que la persona descalificadora tiene como objetivo controlar nuestra autoestima, hacernos sentir ‘nada’ ante los demás, para que de esta forma él pueda brillar y ser el centro de atención. Su idea es que vivas desconfiando, te sientas inseguro y dependas de sus palabras y opiniones”.
De acuerdo al autor, es frecuente que a un jefe con esta característica se le llegue a confundir, pues suele parecer interesado en estimular a sus colaboradores, les hace creer que pueden contar con él para cualquier cosa, sin embargo, cada vez que tiene oportunidad hace ver los errores que uno comete más grandes de lo que son, mientras que los aciertos los deja pasar desapercibidos.
Si tu jefe utiliza alguna de las siguientes frases con cierta frecuencia, considéralo dentro de este grupo y actúa en consecuencia:
• “No sirves”.
• “No puedes”
• “Eres culpable de lo que pasa”.
• “Eres rebelde”
• “Ten cuidado”.
• “Eres molesto”
Para enfrentar a personas de este tipo, el autor Bernardo Stamateas recomienda no ceder ante estos golpes bajos: “comienza por priorizar tu vida, cuida tus emociones… No asumas una posición de víctima, ya que esto sólo te traerá angustia y frustración a tu vida, además de que te transformará en la presa preferida de un descalificador”.
Y agrega que es importante que sin entrar en discusiones inútiles con el personaje en cuestión, hay que tener la decisión para defender las creencias y los valores que se tienen, ya que éste es el único camino para afirmar la autoestima, la autovaloración y las acciones.
Por increíble que parezca, toparse en la vida con personas que propician la descalificación de quienes les rodean es más frecuente de lo que parece, no obstante esto no debe convertirse en una razón para dejar de lado el compromiso y entusiasmo con que se realice el trabajo.
El deseo inmediato de quien atraviesa por esa circunstancia podría ser abandonar el barco e ir en busca de nuevos horizontes, pero vale la pena que antes de tomar una decisión, nos preguntemos si ésta procura nuestro bienestar o nos dejará la sensación de frustración, a partir de esto lo que se concluya será lo mejor para uno.
Para saber más
Gente Tóxica
Bernardo Stamateas
Ediciones B
“La perseverancia es el motor del éxito”
Bojorge@teleton.org.mx