Come bien; vive mejor: Fibra para la próstata
Daniel R., un lector de La Opinión que me escribió hace unos meses, se enteró la semana pasada que tiene la próstata inflamada y ahora pregunta qué alimentos pueden ayudar a desinflamar este importante órgano que hace funcionar el aparato reproductivo masculino.
Desde el punto de vista holístico, el cuerpo es uno solo y cuando algún órgano está inflamado hay que averiguar qué está ocasionando el problema y eliminarlo desde la raíz.
Uno de los problemas principales es la falta de fibra. Pero antes de que corra a la tienda a comprar fibra, comprenda que la mejor forma de ingerir la fibra es en su forma natural: frutas y vegetales frescos y granos integrales.
Para lograr este objetivo la comida diaria debe girar alrededor de estos alimentos. En términos sencillos, el 100% de su plato debería contener alimentos altos en fibra. Sustituya los productos de procedencia animal (especialmente carnes rojas) con proteína vegetal como frijoles, alverjas o chícharos. Estos son altos en fibra y excelente fuente de aminoácidos para que su cuerpo elabore la proteína que requiere.
Por ejemplo, el desayuno podría ser frutas con avena (fibra) y leche de soya (proteína vegetal). En el almuerzo, la ensalada verde puede ocupar la mitad de su plato, arroz integral, frijoles, garbanzos o alverjas. Para la cena, puede preparar taquitos de frijoles, de papas, calabazas o nopales. Mi cena preferida es un buffet de diferentes vegetales con salsa verde, frijoles fritos con aceite vegetal y tortillas. Y si quiero postre, unos plátanos fritos son suficientes.
Si le da hambre entre comidas puede optar por zanahorias o apio con mantequilla de maní, ensalada de frutas o una rodaja de pan integral con mermelada. A mediados de la tarde me gusta hacerme un licuado de plátano o fresas con leche de soya. Es alto en fibra, nutritivo y delicioso.
También es aconsejable reducir el nivel de estrés con ejercicios de respiración profunda o yoga. Unos 10 minutos al día es suficiente para reducir significativamente el estrés.
Recuerde lo que decía el padre de la medicina, Hipócrates: “Que tu comida sea tu medicina”.