Se decía pastor; extorsionaba a creyentes
A cuatro años de su arresto, sentencia de 15 años a Edwin Parada en San Francisco
San Francisco.- La sentencia de 15 años de prisión al defraudador financiero Edwin Parada no fue un consuelo para muchas de sus víctimas —31 de ellas lo demandaron; la policía presume que hubo muchas más—. Los 2.2 millones de dólares que robó tan sólo a ese grupo no han sido recuperados.
Al dictar la sentencia, el mediodía del viernes 6 de abril, el juez John Dearman dijo, dirigiéndose a las víctimas: “Lo que hizo (Parada) es un poco imperdonable. No puedo darles su dinero, lo que sería lo justo”. Y luego, encarando al sentenciado: “Sentirse arrepentido no ayuda a las víctimas a recuperar sus propiedades”.
En mayo 18, la fiscalía de distrito presentará ante la Corte Superior de San Francisco las órdenes de restitución, que resumen el reclamo de las víctimas.
Todo eso que Parada le quitó a Felipe Contreras —“le di mi casa”—; a Lorenzo Esquivel —“me pidió 45,000 dólares; al mes o los 15 días me pidió otro préstamo”—; a Martín Delgado Román —“mi esposa tenía una ilusión muy grande de una casa; le dimos 123,000 dólares”—; a Saúl Cruz Jr. —“mis padres fueron a una iglesia, escucharon testimonio que él era muy bueno; le dieron 47,000 dólares”— habrá de enumerarse en las órdenes de restitución.
Para el fiscal del distrito, George Gascón, un caso que ilustra qué tan despiadado fue Edwin Parada es el de Carmen Ruiz. Viuda, con un tumor cerebral, al cuidado de tres nietos por encontrarse su hija incapacitada, fue despojada temporalmente de su casa, incluso de sus muebles, para luego encontrarse con una deuda adicional en el banco, un préstamo obtenido bajo su nombre.
El dinero
Agente inmobiliario sin licencia, pretendido pastor eclesiástico —impostura que él negó y no pudo ser probada en la Corte—, antiguo fumigador de cucarachas —el único oficio que alguien quien le conoció años atrás afirma ejerció con regularidad—, ex propietario del Red Café, el cual vendió a un cuñado meses antes de que lo arrestaran, en julio de 2008, Edwin Parada llegaría a ser mencionado por el FBI como uno de los más perniciosos defraudores de la costa Oeste americana en una época en que los operadores de bienes raíces competían fuerte en villanías.
Hector Hernández, a quien Parada también engañó ofreciéndole intereses de 18% sobre un préstamo que jamás devolvió —no pagó de vuelta ni el capital ni los intereses—, dijo de él: “era una persona muy ambiciosa”.
Las investigaciones del inspector Robert Steger, del Departamento de Policía de San Francisco, ayudaron a poner al célebre defraudador tras las rejas.
El día de la sentencia, Steager detalló que Parada tenía al menos 12 cuentas bancarias, en tres diferentes instituciones de crédito. El gancho con que solía atrapar a sus víctimas eran intereses por encima de la tasa de mercado. De los 2.2 millones que defraudó a sus 31 acusadores, él retuvo al menos un millón completo, otra parte la dio a su familia, invirtió 500,000 en Red Café y envió a El Salvador entre 250,000 a 300,000 dólares.
A Parada, quien cumplirá 34 años en agosto, le restan unos 10 años en la cárcel, cuando menos, calculó el fiscal Gascón, al término de una conferencia de prensa, el mismo 6 de abril, en que detalló sobre los 24 cargos por delitos mayores que a aquel le fueron impuestos.
“Muchos inmigrantes vienen a los Estados Unidos con el sueño de tener una casa. Las víctimas de Edwin Parada vieron esos sueños rotos, cuando él explotó sus vulnerabilidades y les robó su dinero ganado con esfuerzo”, dijo Gascón ante la prensa.
Un hermano de Edwin, Carlos Parada, y la hija de éste, Karla, además de un socio, Geovanny Avendaño, son procesados en la misma Corte por delitos similares: robo agravado, conspiración, lavado de dinero, abuso de ancianos, entre otros.
Arrestado en septiembre de 2011, Carlos Parada, quien falsamente decía poseer licencia como agente de bienes raíces, era pastor de la iglesia Intimidad con Dios, ubicada en Antioch.
El fiscal Gascón ha llamado a los Parada una “familia criminal”.
¿Víctima de los Parada?
No se detenga, denúncielos ante la fiscalía de distrito de San Francisco. 415-553-9535. Ayuda en español.