Música con toque español
La banda sonora de The Raven, filme dirigido por James McTeigue, fue obra del compositor español Lucas Vidal, un joven madrileño de 28 años que lleva seis escribiendo música para cine. Con él habló ¡holaLA!.
¿Cómo terminaste en este proyecto?
Yo estaba trabajando con los productores en otra película, The Cold Light of Day, con Bruce Willis y Sigourney Weaver. Mientras estaba trabajando en ella, ellos empezaron The Raven. Me llamaron y me dijeron si quería trabajar con [McTeague]. Después de ver V for Vendetta dije por supuesto. Me gusta mucho su estilo.
El sonido de la música para ‘The Raven’ no encaja en lo que estamos acostumbrados a oír en las películas de época…
Eso fue uno de los requisitos que primero me dio el director. No quería una película de época, del siglo XIX. Quería una película actual. La música fue uno de los elementos para que sonara como una película contemporánea. Nos declinamos los dos por hacer algo más electrónico, pero con orquesta.
¿Trabajaste en la música antes o después del rodaje?
Durante el rodaje empecé a probar temas, ideas, sonoridades…
¿Se utilizó una pista de música de otras películas de forma provisional?
Cuando la empezaron a editar sí, pero no nos quisimos ceñir mucho.
¿No es irritante para un compositor tener una pista provisional?
Oh sí, sí, sí. Lo que siempre trato es entrar en la película cuanto antes. Para así dar yo las ideas. De esa forma la pista provisional [de música] es mi música, lo que he hecho yo. No es de otras películas.
La película es circense en algunos instantes. Pero tu música no es nada exagerada.
Eso es en base a la conversación con el director, que dice si me sobrepaso. También depende de la mezcla de sonido, que puede bajar la intensidad. Hay distintas técnicas para hacer que no me pase de la raya.
Aún no tienes 30 años y ya haces películas para estudios de Hollywood…
Acabo de cumplir 28 y la verdad es que llevo ya 12 o 13 películas… Estoy entusiasmado. Pero con un poco de precaución, porque ahora hay mucha gente que me conoce y me están mirando con lupa, precisamente por ser tan joven. Tengo mucha suerte porque trabajo con gente -ingenieros, orquestadores- que es muy buena y estoy aprendiendo mucho de ellos.
¿A qué edad decidiste que ser compositor era lo tuyo?
Toda la vida he estado tocando el piano y la flauta. Y ahora es el cello. Siempre me gustó improvisar melodías y mis padres siempre me apoyaron. A los 14 o 15 años fui a una escuela de música en Boston, donde descubrí que lo mío era la música de cine. Me dieron una beca y… allí me ayudaron mucho.
¿Cuál es la diferencia entre trabajar aquí o en España?
La diferencia es que en EEUU el estudio, los productores, el director, todos opinan. En España se respeta más al director. Además, en The Raven tenía a 33 o 34 personas a mi alrededor, mientras que en España con que tenga uno o dos asistentes ya voy bien [risas].