Activa mente y cuerpo en familia

Hacer ejercicio u otra actividad física juntos le permitirá identificarse más.

Otro ingrediente básico para que esto funcione es tener claridad respecto a los gustos y aficiones de cada miembro de la familia.

Otro ingrediente básico para que esto funcione es tener claridad respecto a los gustos y aficiones de cada miembro de la familia. Crédito: Agencia Reforma

MÉXICO, DF.- Si siempre ha buscado ser parte de una familia distinguida, aquí tiene la oportunidad de destacar por ser la más inteligente de su entorno. No se trata de sentarse a estudiar horas y horas para entrar a un concurso de conocimientos en televisión, sino de algo más sencillo, práctico y divertido: caminar, correr, nadar, bailar y todo lo que les dé la oportunidad de moverse juntos.

Por donde se asome, esta propuesta le traerá beneficios a usted y los suyos: cada uno puede mantener o recuperar su peso corporal, desarrollar al máximo sus habilidades motrices, reducir el estrés, incrementar sus niveles de concentración y rendir mejor en la escuela o el trabajo y, lo más importante, reforzar los lazos afectivos. ¿Se anima?

Hacer ejercicio u otra actividad física juntos le permitirá identificarse más con la familia en conjunto y, al mismo tiempo, con cada uno de sus miembros, porque en el camino de la formación de este hábito se deben reconocer y aprender a respetar las habilidades de cada quien, explica la orientadora educativa Itziar Ibarrola.

“La actividad puede no estar planificada, tal como bailar en la casa. O puede planearse, tal como jugar en un equipo o ayudar con los quehaceres después de la escuela. De cualquier modo, con tal de que estés activo más de 10 minutos a la vez, estás realizando parte de la actividad física diaria que necesitas”, se lee en la guía Actividad Física Diaria para las Familias, editada por el ministerio de educación del Gobierno canadiense.

Los padres son la pieza fundamental para lograr la mayoría de los beneficios de esta propuesta, pues además de poner el ejemplo, pueden hacer las primeras propuestas de “reglas del juego” para la familia.

Por ejemplo: proponer que cada mes un miembro de la familia se haga cargo de la organización y la logística de los tiempos de activación en familia. Primero puede ser papá, luego mamá y, si los hijos ya tienen habilidades para hacerlo, incluirlos en la planeación, sugiere Ibarrola, pedagoga egresada de la Universidad Panamericana.

¿Qué les gusta?

Otro ingrediente básico para que esto funcione es tener claridad respecto a los gustos y aficiones de cada miembro de la familia. Por lo tanto, preguntas básicas antes de empezar son: “¿Cuáles son tus tipos favoritos de actividad física?” y “¿qué es lo que más te gusta de ellas?”.

Resuelto esto, si te encuentras con que no son nada compatibles quizá pienses que será un total fracaso, pero no será así si echas mano de la tolerancia y flexibilidad, habilidades que te servirá “entrenar” para resolver, por ejemplo, conflictos en tu trabajo.

“Es muy importante que los papás estén conscientes de que no todo mundo tenemos la disposición, por un lado, y la capacidad de ejercitarnos. Sí es necesario que todos nos ejercitemos pero hay que observar que cada uno tiene diversas capacidades y niveles de energía, y eso es importante respetarlo en el momento de la organización”, apunta Ibarrola.

De hecho, aunque todo individuo tiene capacidades motrices, intelectuales y afectivas, no se portan en igualdad de intensidad; unos tienen más cualidades y habilidades para bailar, otros para participar en juegos de destreza intelectual y otros para realizar actividades en las que es básico el trabajo en equipo.

A nadie se le debe forzar a hacer algo que no le gusta, pero sí se puede negociar con esa persona hasta llegar a una propuesta en la que ambas partes queden satisfechas, pues, según la pedagoga, activarse y hacer ejercicio ya no debería considerarse una cuestión optativa, dados los niveles de sobrepeso y obesidad que existen en el País.

“Ya no es opcional hacer ejercicio, lo que sí es opcional es el tipo y la intensidad”, afirma Ibarrola.

¿Y si ‘les choca’ la familia?

Es común que los hijos adolescentes se resistan a pasar lo que consideran “demasiado” tiempo con su familia; con ellos, lo que puede intentar es negociar las actividades a realizar y no exigirles que hagan lo que no pueden o quieren.

A algunos les da flojera moverse o prefieren gastar su tiempo libre en ver la televisión o jugar videojuegos, persuadirlos tratándolos como adultos puede ser el primer paso.

“Igual es decirles que no es opcional, que hay que hacer alguna actividad, pero que ellos elijan cuál, cuándo y en qué horario. Así por un lado hago que se cree el hábito y también le doy la parte de vivir su libertad al elegir cosas”, considera Ibarrola.

Otra estrategia es la del intercambio: “Si haces 2 días ejercicio u otra actividad física, puedes salir con tus amigos viernes y sábado, y si sólo te activas uno, saldrás un solo día”.

Ante la resistencia, el asunto no debe “dejarse por la paz”, sino intentar más vías de convencimiento sin tensar la relación.

Por ejemplo decirles: “Si no quieres hacer nada por ahora, dejémoslo así; en tres meses volveremos al punto para que elijas una actividad; en lo que llega ese tiempo, yo me comprometo a darte información sobre las opciones que existen”, sugiere la pedagoga.

Si a los tres meses continúa con la misma actitud habrá que dar otros dos meses. Tiempo que papá y mamá pueden aprovechar para darle el ejemplo de que en verdad uno la pasa bien poniéndose activo.

Nada es lo mismo

Existen tres tipos básicos de actividades: resistencia, flexibilidad y fuerza y hay que intentar realizar alguna de esas actividades todas las semanas.

Resistencia

-Caminar

-Carreras

-Danza

-Patinaje

-Natación

-Tenis

-Ciclismo

Flexibilidad

-Yoga

-Baile

-Gimnasia

-Golf

Fuerza

-Subir (rocas y escalones)

-Flexionar brazos y piernas

-Barrer con rastrillo hojas del jardín

-Cargar bolsas llenas del súper

-Pesas (sólo con supervisión de un profesional)

Evaluación

Para observar conscientemente los beneficios de activarse en familia, después de tres meses pueden sentarse a reflexionar sobre si:

-Les va mejor en la escuela o el trabajo

-Se sienten bien

-Han encontrado nuevos amigos

-Se sienten más relajados

-Se enferman menos

-Se llevan mejor con la familia

-Tienen más energía

-Es más fácil mantener un peso saludable

-Duermen mejor

-Desean estar activos todos los días

-Tienen más habilidades motrices

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