¿Quién dijo Fedex? Hispanos usan ‘burreros’

Para quien no puede viajar, los 'burros latinos' son las mejores compañías de envío.

Sami, conocido como uno de los primeros burreros mexicanos, sostiene un paquete de pasta de mole que envió alguien de Puebla a un pariente en Brooklyn.

Sami, conocido como uno de los primeros burreros mexicanos, sostiene un paquete de pasta de mole que envió alguien de Puebla a un pariente en Brooklyn. Crédito: Zaira Cortes / EDLP

Nueva York – “¿Western Union, Fedex, UPS? No mi’ja, nosotros no usamos eso”, dice sin tapujos Carmen Díaz, una venezolana de Brooklyn que desde hace varios años usa una “burrera” para enviar paquetes a México, donde vive la familia de su esposo.

Los llamados “burreros”, o “burros”, son hispanos que se dedican a llevar ellos mismos los paquetes, correspondencias, dinero, y hasta los hijos de otros que no pueden viajar. La práctica es común entre mexicanos, pero no es exclusiva de esa comunidad.

La mexicana de Puebla Clara Saldiva, de 52 años, se dedica a este negocio desde hace siete.

Saldiva –una maestra retirada- cuenta que la primera vez que visitó Nueva York, amigos y familiares le pidieron traer regalos y cartas. En ese momento inició su propio servicio de mensajería. Ahora viaja dos veces por mes y cobra seis dólares por cada libra ajena que carga.

Entre la mercancía que más transporta están tortillas hechas a mano, dulces, artesanía y el tradicional pan de burro poblano.

En cada viaje, la mujer carga más de 200 libras de peso.

“Muchos solicitan burreros porque sus alimentos llegan frescos y el mismo día. Somos parte de una tradición”, explica.

Saldiva no sólo transporta paquetes. En varias ocasiones ha llevado niños con la autorización de sus padres, cobrando hasta $600.

“Los papás que no pueden viajar envían a sus hijos a conocer a sus familiares. Sólo llevo niños de personas que conozco”, indica.

Así lo hizo Gloria Álvarez, una residente de El Bronx de 25 años, quien recientemente envío a Puebla a su hija de un año.

“Anteriormente mandé a mi otra hija. Es muy seguro porque mis niños son entregados en manos de mis papás en el mismo aeropuerto”, apuntó.

El punto de recolección de Saldiva es el departamento que comparte con sus familiares en Saint Lawrence, en El Bronx.

Indicó que revisa minuciosamente cada paquete para no arriesgarse a transportar objetos o sustancias ilegales. También lleva dinero, pero en pequeñas cantidades.

“Más que paqueteros somos un enlace entre familias. Vemos a los inmigrantes y cuando llegamos a México, les contamos a sus parientes cómo están”, apunta.

Gumaro Samuel Vigueras “Sami”, de 51 años y residente de Fordham, en El Bronx, es conocido entre los residentes del área como uno de los primeros burreros de la comunidad mexicana.

Vigueras se dedica al negocio hace más de 24 años. Viaja cada semana llevando hasta 500 libras y entregando paquetería a unas 50 familias.

“Cuando empecé en el negocio, me llevaba hasta 30 maletas acumulando más de 1,500 libras. Entonces no había tanta competencia”, explica.

Gumaro dijo que Margarito Tlatelpa, un maestro de Brooklyn ya fallecido, fue el primer burrero mexicano.

“Él ya tenía muchos años dedicándose a la paquetería cuando muchos de nosotros empezamos”, apunta.

Vigueras dice que reparte mercancía en varios pueblos de México y todos los condados de la ciudad.

“Nos dicen burreros porque parecemos burros, llevando el cargamentos para todos lados. No nos ofende el apodo, pues se trata de trabajo duro”.

Para transportar alimentos perecederos como tortillas, pasta de mole y pan, Gumaro utiliza pequeñas neveras con hielo seco.

Petronila Pedraza, una clienta de Gumaro, dice que ha enviado paquetes con burreros desde hace más de 15 años.

“Es seguro y confiable porque es un trato entre amigos, es parte de nuestra cultura”.

Los burreros por lo general viajan miércoles o jueves, regresando a la ciudad los fines de semana.

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