Un NY Dream Fund no es suficiente

La Asamblea estatal aprobó el martes el NY Dream Fund, un proyecto de ley que busca crear un fondo privado que ayudaría a los estudiantes indocumentados a pagar la matrícula universitaria.

No hay duda de que esta iniciativa es positiva y definitivamente bienvenida, pero sola no es suficiente y de ninguna manera debe desviar la atención de los legisladores en Albany hacia el NY Dream Act, una propuesta de nombre similar pero de alcance muy distinto.

Por más de un año, un impresionante movimiento de estudiantes neoyorquinos –indocumentados y documentados– ha pedido al gobernador Andrew Cuomo y a la legislatura que aprueben el NY Dream Act, una ley que daría a estudiantes indocumentados en universidades públicas el acceso al programa estatal de asistencia de matrícula, TAP.

La lucha por el NY Dream Act – una iniciativa que emergió ante la falta de acción del gobierno federal de aprobar una ley que provea alivio a miles de estudiantes indocumentados en el país– ha sido sorpresivamente difícil. Ni los líderes de la Asamblea, mayoritariamente demócrata, ni de los del Senado, controlado por republicanos, han apoyado la propuesta. Ha sido así a pesar de estudios que demuestran el mínimo impacto en el presupuesto y los beneficios económicos que este cambio traería, y del respaldo abrumador de un creciente número de legisladores estatales, federales y municipales, incluyendo el alcalde Bloomberg y la senadora federal Kirsten Gillibrand.

El gobernador Cuomo, cuyo apoyo y firma son necesarios para pasar esta ley y quien se ha pronunciado a favor del Dream Act federal, ha inexplicablemente rehusado a emitir una postura sobre este proyecto de ley.

En este ambiente, es difícil celebrar el avance del NY Dream Fund. En un mundo donde las percepciones guían la opinión pública, una propuesta puede eliminar la otra, y el Dream Fund -a pesar de su innegable buena intención- puede ser la vía para no comprometer fondos estatales a favor de jóvenes indocumentados, quienes para muchos republicanos no deberían beneficiarse de TAP, aunque sean productos de escuelas públicas y paguen impuestos.

No es descabellado imaginar un anuncio saliendo de Albany celebrando la aprobación del Dream Fund como el alivio que necesitan los estudiantes indocumentados. Que no nos metan gato por liebre. Nueva York, orgullosamente diverso, tiene la responsabilidad de ayudar a todos los estudiantes a obtener una educación completa. El presidente de la Asamblea Sheldon Silver, el líder de la mayoría del Senado Dean Skelos y el gobernador Cuomo no pueden seguir ausentes en este tema. Aprueben ya el NY Dream Act.

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