Latinos de NY se encomiendan a ‘narcosanto’

En la mezcla de culturas y creencias, Jesús Malverde gana fieles entre inmigrantes

La imagen de Jesús Malverde, el "santo de los narcotraficantes" se populariza entre inmigrantes de la ciudad.

La imagen de Jesús Malverde, el "santo de los narcotraficantes" se populariza entre inmigrantes de la ciudad. Crédito: Zaira Cortés / EDLP

Nueva York – Venerado por muchos y rechazado por otros, la imagen de Jesús Malverde, el llamado “santo de los narcos” o “santo de los pobres”, cobra popularidad entre latinos de Nueva York.

La estampa pagana de Malverde –a quien también podría llamársele el “santo de los indocumentados”– ha cruzado la frontera del Río Bravo con miles de mexicanos que buscan protección divina durante la peligrosa travesía.

Ahora, la poco-convencional deidad –no reconocida por la Iglesia Católica- gana adeptos entre inmigrantes de otras nacionalidades que han escuchado sobre “sus poderes” en asuntos migratorios. Entre sus “milagros” recurrentes se cuentan ayudar a cruzar la frontera y obtener un trabajo al llegar a Estados Unidos.

Con estas promesas, familias de El Bronx a Queens y de Long Island a Brooklyn replican al ritual de adoración a Malverde.

El guatemalteco Martín Manchia, un residente de Jackson Heights, Queens, de 32 años, dijo que desde 2008 rinde culto al atípico personaje, pues lo ayudó a “espantar la muerte” al caminar por el desierto de Arizona.

“Crucé con un grupo de mexicanos. El hombre que nos pasó nos dijo que nos encomendáramos a Malverde si de verdad queríamos llegar al otro lado”, contó el devoto.

En el día de Malverde, que coincide con la que podría ser su fecha de muerte, el 3 de mayo de 1909, se realiza una novena en la cual se pide un milagro.

Varios dueños de botánicas en El Bronx explicaron que para rezar la novena se necesitan dos veladoras, un pañuelo, tres flores y tres piedras que simbolizan la tumba de este santo pagano.

De acuerdo con la leyenda sobre la muerte de Malverde, residentes del pueblo de Culiacán, en Sinaloa, México, cubrieron su cuerpo inerte con piedras cuando el cacique del lugar prohibió su sepultura.

La mexicana Elba Paredes, una residente de Sunset Park, Brooklyn, de 37 años, hace el ritual desde hace varios años.

Paredes conoce bien la ceremonia de adoración: las piedras se envuelven en el pañuelo, se encienden las velas y se colocan las flores una delante de la otra.

“Se empieza por pedir la protección del patrono, luego se rezan tres Padres Nuestros y tres Aves Marías, y cada día se va pidiendo el mismo milagro. Se termina la novena con La Magnífica (una oración popular)”.

Juanita Jiménez, de 64 años y propietaria de la tienda de artesanía mexicana Rosa de Guadalupe, en Roosevelt Avenue, Queens, dijo que las figurillas de Malverde se venden tanto como las de la Santa Muerte, especialmente en días próximos al 3 de mayo, cuando conmemora al “Robin Hood mexicano”.

“Este año un grupo de devotos nos pidió gorras con la imagen de Malverde. También se solicitan mucho los escapularios”, indicó.

Creyentes rechazaron el vínculo con el crimen al que se le atribuye el “santo de los narcos”, llamado así por la supuesta devoción de reconocidos traficantes como Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo Fuentes.

El salvadoreño José Luis Avendaño, de 23 años y residente de Queens, dijo que Malverde es milagroso para aquellos con profesiones de riesgo que ayudan a otros.

“Hasta a los policías los auxilia. A los que traen gente para acá los libra de peligros. Uno mismo viola la ley al cruzar la frontera, pero nos protege porque sabe que es para trabajar honradamente”, apuntó.

En la oración de la novena para el cuarto día se lee “¡A ti Jesús Malverde!, que te han llamado el santo de los que andan fuera de la ley, vuélveme invisible a los ojos de los que me persiguen”.

“Los que creemos en Malverde no somos criminales”, apuntó Avendaño.

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