Se complica caso contra Hernández
Federales mantienen dudas y personas que lo conocen no pueden creer su confesión.
NUEVA JERSEY – Lo que para muchos pudiera ser un crimen resuelto, para las autoridades es sólo el inicio de la investigación de la muerte del menor Etan Patz, desaparecido en Manhattan hace 33 años.
Autoridades federales dudan que Pedro Hernández -el asesino confeso del menor de seis años- sea el responsable material de ese crimen, al establecerse ciertas inconsistencias en el relato que el acusado hizo sobre los hechos.
Hernández 52, fue acusado –el viernes pasado- tras confesar ser el responsable de la desaparición y posterior muerte del pequeño Etan Patz, ocurrida en el área del SoHo en Manhattan en 1979.
Entre tanto, en la tranquila municipalidad de Maple Shade, al sur de Nueva Jersey y en donde se mudó a vivir Hernández, poco después de la desaparición de Patz, sus residentes se mostraron incrédulos e indiferentes a la confesión del individuo.
En la iglesia cristiana Maranatha de Moorestown, a donde Hernández acudía regularmente los domingos, junto a Rosemary -su segunda esposa y la hija de ésta- se encuentra a menos de una milla de distancia de donde residía Hernández, sus feligreses continuaban consternados tras conocer la noticia.
“Todos estamos muy tristes”, expresó Deborah, una feligresa, al tiempo que precisó: “sentimos mucho por lo que está pasando la familia”.
El pastor George Bowen, que dirige la mencionada Iglesia cristiana, no quiso comentar al respecto. Otros feligreses dijeron a este rotativo que lo único que les queda es “rezar para la paz de todas las familias afectadas”.
En la casa donde vivía Hernández hasta el día de su arresto, está desocupada. Un vecino indicó que desde el miércoles las autoridades ingresaron al hogar para sacar bolsas con evidencias y, desde entonces, nadie ha regresado a la misma.
El vecindario donde residía Hernández, desde hacia algunos años, se mostró aún sorprendido, describiendo a Hernández como un hombre retraído y poco sociable.
“Rara vez compartía socialmente”, dijo Barbara Alter, residente del área, sobre Hernández, afirmando que ” nunca imaginé que alguien como él pudiera tener un secreto tan terrible”.
La primera esposa de Hernández, residente en el condado Camden, no quiso comentar referente al caso.
Hernández se encuentra bajo supervisión permanente en la unidad para personas en riesgo de suicidarse y está siendo sometido a evaluaciones psiquiátricas, a raíz del argumento de la defensa sobre episodios de esquizofrenia y alucinaciones.