DespuĂ©s de varias dĂ©cadas de apoyar el programa espacial, todo parecerĂa indicar que el gobierno finalmente se cansĂł. Con el retiro del Ăşltimo transbordador espacial y el incierto destino del centro en Cabo Cañaveral, uno pensarĂa que se acercaba el fin de la era del viaje al espacio. Pero la realidad es opuesta a la percepciĂłn popular.
La compañĂa SpaceX, liderada por el inversionista multimillonario Elon Musk -que llegĂł a la fama por ser uno de los fundadores de PayPal y luego vendĂ©rselo a eBay por $1,500 millones-, lanzĂł su primera cápsula espacial, que exitosamente se acoplĂł con la estaciĂłn espacial el 25 de mayo. Esta es la primera vez que una compañĂa privada logra tal hazaña que, anteriormente y debido a su elevadĂsimo costo, sĂłlo pudo ser lograda por gobiernos. Lanzar una libra de material al espacio cuesta entre $20,000 y $30,000 y esto, hasta ahora, ha sido una limitaciĂłn gigantesca del desarrollo espacial.
En estos momentos la NASA le está pagando a la compañĂa rusa para poder enviar pertrechos necesarios a los astronautas en la estaciĂłn espacial. Con este lanzamiento y acople exitoso, SpaceX comienza a satisfacer su contrato de $1,600 millones por 12 vuelos de su cohete de lanzamiento exitoso Falcon 9, con su cápsula Dragon, para llevar los suministros necesarios a la estaciĂłn espacial.
La NASA ha apoyado a SpaceX con su conocimiento y le ha dado una guĂa pero con pocas especificaciones para no limitar la innovaciĂłn del desarrollo privado de estas plataformas. El significado de esta exitosa misiĂłn es el equivalente de la ruptura de la barrera del sonido en los años 50. DespuĂ©s de este Ă©xito, otras compañĂas invertirán en programas espaciales, mientras que el costo de viajar al espacio bajará significativamente.
El programa espacial es responsable de impulsar la innovación y el crecimiento tecnológico mundial. Muchos de los proyectos que fueron financiados por el gobierno terminaron beneficiando a millones con sus descubrimientos como las comunicaciones a largas distancias, filtros avanzados de agua y hasta las herramientas inalámbricas.
En la dĂ©cada de los 60, 70 y 80, el programa espacial sirviĂł de inspiraciĂłn a generaciones de jĂłvenes que, impulsados por las hazañas de los cosmonautas, estudiaron ciencias, matemáticas, ingenierĂa, diseño y mucho más. Esto marcĂł el perĂodo más significativo de crecimiento en este paĂs. En las Ăşltimas dos dĂ©cadas se ha visto una reducciĂłn significativa en la cantidad de estudiantes interesados en estos temas tan importantes para el desarrollo de una nueva generaciĂłn de innovadores. Espero que este renacimiento espacial sirva de inspiraciĂłn para que niños y jĂłvenes se interesen en ciencia, tecnologĂa, ingenierĂa y matemáticas porque, francamente, creo que ya tenemos mucho más que suficientes abogados.
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