Edwards admite que pecó ‘atrozmente’
Al aceptar algunos de sus actos, agradeció que un jurado lo exonerara
WASHINGTON, D. C. (EFE).-El excandidato a la vicepresidencia de Estados Unidos en 2004, John Edwards, fue declarado ayer inocente de uno de los cargos que se le imputaban por su supuesto uso ilegal de fondos de campaña, mientras que en los otros cinco se declaró “juicio nulo”.
Tras nueve días de deliberación, el jurado del caso anunció que había llegado a un veredicto sólo en uno de los seis cargos contra el político demócrata, acusado de desviar alrededor de un millón de dólares en fondos de su campaña electoral de 2008 con la intención de ocultar su relación extramatrimonial con Rielle Hunter, que posteriormente dio a luz a su hija.
La jueza del distrito de Carolina del Norte Catherine Eagles, encargada del caso, decidió declarar un “juicio nulo” en los cinco cargos restantes dos horas después de pedir al jurado que continuara su deliberación para tratar de llegar a un veredicto.
Edwards afrontaba hasta 30 años de cárcel y el pago de un máximo de 1.5 millones de dólares en caso de ser declarado culpable de todos los cargos, de los cuales cuatro eran de contribuciones ilegales de campaña y otros dos de falso testimonio y conspiración.
Tras anunciarse el veredicto, Edwards agradeció el “duro trabajo y la increíble diligencia” de los miembros del jurado. También expresó su voluntad de pasar el resto de su vida “siendo el mejor padre que pueda ser” y ayudando “a los niños de mi comunidad y de todo el mundo que sufren dificultades y pobreza”.
“Quiero dejar claro que, aunque no creo que hice nunca nada ilegal, sí hice muchísimas, muchísimas cosas que estaban mal. Hice algo atroz, atroz al mentir? Y no hay nadie más que yo responsable por mis pecados”, dijo en declaraciones a los periodistas en Greensboro, Carolina del Norte.
El cargo del que fue declarado inocente estaba relacionado con las donaciones de más de 725 mil dólares que obtuvo de la multimillonaria Rachel “Bunny” Mellon, y su supuesta utilización para encubrir la relación con su amante, con la que comenzó la relación en 2006.
En concreto, ese cargo se refería a un cheque de 200 mil dólares que Mellon escribió en 2008, en los estertores de la campaña de Edwards para las primarias demócratas de EEUU, y que no fue cobrado hasta que la campaña se había suspendido.
Otros dos cargos por supuesta malversación de fondos estaban relacionados con el dinero que recibió del también millonario Fred Baron, fallecido en 2008.
En el centro del debate durante el juicio estuvo el intento de la acusación de probar que los fondos entraron en la categoría de contribuciones de campaña y de determinar si Edwards los aceptó a sabiendas de que estaba violando la ley.
La campaña de Edwards no declaró los fondos de Mellon ni los de Baron como contribuciones de campaña, y éste último dijo antes de su muerte que proporcionó los fondos sin avisar a Edwards.
El dinero no se envió directamente al político demócrata ni a su amante, sino que fue canalizado a través de diferentes personas, incluido un antiguo asesor de Edwards, Andrew Young, que llegó a tratar de encubrirle al reclamar la paternidad de la hija de Hunter.
El supuesto uso del dinero incluía pagos para el cuidado médico de su amante, quien fue contratada para la campaña de Edwards y se embarcó en largos viajes por diferentes partes del país con un asesor para mantenerla alejada de las pesquisas de los periodistas.