Queda amargo sabor del boxeo
Revive el tema de la 'mano negra' luego de polémica decisión en la Pacquiao-Bradley
LAS VEGAS.- El viejo fantasma de las manos negras, que tantas veces asoma la cara en las peleas de boxeo, pareció rondar la noche del sábado sobre el MGM Grand Arena para descubrir los gestos de incredulidad del público cuando se conoció el fallo de la contienda entre Manny Paquiao y Timothy Bradley.
El combate, en el que estaba en juego el título mundial de los welters OMB del filipino, pareció ser de un solo lado durante largos trechos, en los que Pacquiao, sin exhibir su mejor boxeo, parecía dominar a su rival, sin embargo, una vez escuchado el resultado, el ambiente se caldeó al extremo.
El dictamen fue: Jerry Roth (115-113) para Pacquiao; CJ Ross (115-113) para Bradley y Duane Ford (115-113) para Bradley.
Bob Arum soltó al menos tres palabrotas para “beep” contra los jueces por su manera de calificar un combate que él cree ganó su discípulo.
“Yo no sé que fuc [sic] pelea vieron estos jueces. Esto es increíble. La pelea era 10 [asaltos] a dos para Pacquiao”.
En la óptica del público se quedó la imagen de un buen inicio de Bradley, que acaso haya ganado el primer asalto, y luego un dominio de Pacquiao, que promediando el combate parecía tener no sólo la victoria, sino el nocaut, al alcance de sus manos.
En medio del escándalo, Pacquiao mantuvo la cordura y permaneció en silencio desde que se dictó el resultado hasta que apareció en la sala de prensa en la que ya había estado Tim Bradley, quien compareció en una silla de ruedas porque presuntamente se lesionó su pie derecho y no podía caminar.
Las estadísticas dicen que Pacquiao lanzó 751 golpes y aterrizó 253 (34%). Bradley tuvo 839 con 159 y 19%.
En los jabs, el filipino lanzó 258 con 63 en el blanco (24%) y Bradley 449 con 51 y 11%.
Éstos, los parámetros que dictan el control del combate y que resumen ofensiva de “armas cortas” y bloqueo al ataque rival, Bradley reclama haber mandado en el combate.
“Manny [Pacquiao] me llegó con algunos buenos golpes, pero mi preparación y mi boxeo fueron superiores y gané el combate”, dijo el vecino de Palm Springs, quien distribuyó una semana antes del combate una réplica de invitación-boleto para la revancha del 12 de noviembre, pues estaba seguro de ganar.
“I told You” (Se los dije), concluyó.
Ganó Bradley. O como publicaba ayer el diario Las Vegas Sun:, “Bradley wins judges’ favor”. “Bradley gana el favor de los jueces”.
Porque, en opinión de la mayoría, no ganó la pelea.
“Yo no sé qué pasó”, fueron las primeras palabras del ocho veces campeón mundial ante los medios.
“Yo di lo mejor de mí y no tengo duda que gané el combate, pero eso no fue suficiente para todos aquí”, agregó.
Bob Arum, quien no salía de su asombro (ni enojo), volvió a la carga: “Es increíble. Cuando terminó la pelea yo fui a saludar a Bradley antes de la decisión y me dijo: ‘Yo traté de hacerlo? batallé muy duro, pero no pude conseguir [batir] a este hombre’. ¿Puede usted creer esto?” .
Los golpes de poder dicen que Pacquiao lanzó 493 y que llegó sobre su enemigo con 190 (39%). Por el contrario Bradley lanzó 390 con 108 (28%).
“Sentí un solo golpe”, respondió Pacquiao, [mientras sonreía], acerca de los golpes de poder de su oponente.
¿Harás la revancha contra Bradley después de todo esto?
“Seguro. No tengo problema para la revancha. Mi promotor sabrá qué hacer con eso y yo estaré listo”.
Sólo que para esa fecha, Bradley, ahora campeón welter, va a cobrar mucho más de los 5 millones que ganó el sábado, y Pacquiao posiblemente no repita los 26 que puso esta vez en su cuenta de ahorros.
De paso, este resultado y este pleito ya pactado deja fuera del calendario a Juan Manuel Márquez, quien tenía para fin de año la posibilidad de una cuarta versión de su guerra personal contra el filipino.
“Ustedes saben que yo puedo hacer millones de dólares con esta revancha, pero estas fuc… [beep] cosas le hacen daño al boxeo. ¿Cómo confiar en quién?. Ya nadie va a querer vernos más”, dijo un iracundo Arum.
El último vistazo a las estadísticas del combate dice que, para los jueces, Bradley ganó tres de los últimos cuatro asaltos y, para todos, ganó los últimos dos.
Eso podrá, o no, explicar lo inexplicable, pero para la historia ya queda que la noche del 9 de junio, en Las Vegas, se rompió una racha de 15 victorias y 7 años sin perder de Manny Pacquiao, para quien, aunque hubiera ganado, la puerta de salida del boxeo (por lo que exhibe y por su motivación) está cada vez más visible y más cerca.