México: El cambio del 1 de julio
El resultado electoral implicará un momento de transición histórica en México
México arriba este domingo 1 de julio a unas elecciones presidenciales que han sido intensas en las últimas semanas y marcarán el rumbo de esa nación.
El resultado del 1 de julio implicará un momento de cambio en México que será histórico, pues independientemente de la candidatura y el partido que resulten vencedores, las características de ese triunfo traerán aparejadas transformaciones para el país.
Un triunfo de Andrés Manuel López Obrador o de Enrique Peña Nieto marcarían un giro sustancial.
De ganar el primero, candidato del Partido de la Revolución Democrática, del Partido del Trabajo y de Movimiento Ciudadano, México entraría en la circunstancia de tener por primera vez en su historia contemporánea un gobierno franco de izquierda democrática. Ciertamente, en algunos momentos del siglo XX se sucedieron gobiernos de cierto tono progresista en la era del PRI, pero su componente autoritario y su pragmatismo político opacaron su talante de izquierda. Así, una presidencia de López Obrador implicaría un giro de gran calado para México.
Un triunfo del candidato del Partido Revolucionario Institucional también supondría una sacudida fuerte para México, pues el retorno del PRI tras 12 años de gobiernos del PAN (Vicente Fox y Felipe Calderón) tiene para muchos resonancias de restauración y de retorno a épocas ya superadas. Con todo, las condiciones en que gobernaría el PRI en 2012 no son las de su pasado autoritario y la sociedad mexicana es ahora muy diferente a la anterior a 2000. De ganar, Peña Nieto tendrá el reto de deslindarse de ese pesado y aún vivo referente histórico.
Un triunfo de Josefina Vázquez Mota y el PAN luce menos probable, pero llamaría a la renovación del panismo tras dos sexenios de desgaste.
Habrá cambio, cabe esperar que sea justo, auspicioso y en paz.