Golpes en la cabeza aceleran envejecimiento cerebral
Estudio muestra cambios en la marcha, equilibrio y actividad eléctrica del cerebro, específicamente en la atención y control de los impulsos
Chicago – Las conmociones cerebrales e incluso menores impactos en la cabeza pueden acelerar el proceso natural de envejecimiento del cerebro, aseguran investigadores de la Universidad de Michigan (UM).
En el estudio: “El deterioro cognitivo y el envejecimiento: El papel de la conmoción”, que aparece en la revista Ejercicio y Opiniones de Ciencias del Deporte, los autores dieron seguimiento a dos grupos de estudiantes, con y sin antecedentes de conmoción cerebral.
Los resultaron mostraron cambios en la marcha, equilibrio y actividad eléctrica del cerebro, específicamente en la atención y control de los impulsos, descensos que estuvieron presentes en el grupo de conmoción cerebral hasta seis años después de la lesión.
Sin embargo, las diferencias entre ambos grupos fueron muy sutiles, y aparentemente todos los participantes se veían y actuaban de la misma forma.
“Los estudios trazan una hipótesis de que la conmoción cerebral (una lesión causada por un golpe a la cabeza que puede confundir o desorientar temporalmente, hacer perder la memoria o dejar inconsciente) y otros impactos en la cabeza aceleran en el cerebro el proceso natural de envejecimiento”, señaló Steven Broglio.
El profesor de Kinesiología y director del Laboratorio de Investigación de Neurotrauma de la UM, aclaró que no todas las conmociones cerebrales significan que un cerebro va a envejecer más rápido o se adquirirá la enfermedad de Alzheimer.
“Sólo estamos proponiendo que la forma de recibir un golpe en la cabeza puede llevar a esta otra condición, pero aún no sabemos cómo”, expresó el experto.
Destacó que otros factores, como el estilo de vida, el tabaquismo, el consumo de alcohol, ejercicio físico, los antecedentes familiares y si se mantiene o no en “ejercicio” el cerebro también afectan el proceso de envejecimiento del mismo, por lo que la conmoción cerebral sólo puede ser un factor pequeño.
En el estudio los investigadores pidieron a los participantes realizar ciertas tareas frente a una computadora, y tomaron imágenes de sus cerebros.
En el grupo de los que no habían sufrido una conmoción se registró un área mayor de la activación eléctrica respecto a los que tenían un historial de lesión cerebral.
“Las vías de señalización en nuestros cerebros son análogas a una autopista de cinco carriles. En una nueva carretera, el tráfico se ejecuta sin problemas y rápidamente porque todos los carriles están en plena forma”, detalló.
Sin embargo, durante el envejecimiento normal, el asfalto se deteriora y las vías podrían llegar a ser irregulares o incluso inutilizables, provocando un tráfico lento, precisó el experto.
Del mismo modo, agregó, el cerebro comienza con todas las vías claras para transferir las señales eléctricas con rapidez, pero a medida que envejecemos, esas vías se rompen y no se puede transferir la información tan rápidamente.
“Conmociones y otros impactos en la cabeza puede resultar en un bache en la carretera cerebral, causando diversos grados de daños y acelerando el deterioro natural de la vía”, indicó.
Precisó que esta respuesta cerebral es producto de una “dosis” de impactos y no de uno solo, “no sabemos si una conmoción cerebral única en la escuela secundaria significa que la persona tendrá