La áspera recta final de la campaña electoral 2012
Faltan pocos días para la elección presidencial en Estados Unidos y conforme se avanza hacia el martes 6 de noviembre la campaña parece entrar en una fase de tensión y frenesí.
Para ambos candidatos —el presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney— el triunfo parece al alcance y, al mismo tiempo, la posibilidad de una derrota es más tangible que nunca. Están tan lejos y tan cerca y lo que está en juego es enorme: la presidencia de la única superpotencia en un momento de agudas transformaciones económicas, políticas y sociales internas y a escala global.
Tras el segundo debate presidencial, Obama logró recuperar terreno y sobre todo mostró la vitalidad y determinación que le faltaron en el primero de sus encuentros con Romney. Con todo, la ventaja que el republicano consiguió en ese primer debate no ha sido anulada por el resultado del segundo, aunque su impulso se ha frenado en la medida en que se dinamiza la marcha del Presidente. Pero nada está definido.
Al mismo tiempo, traspiés recientes de Romney, como los de la discusión sobre el terrorismo y el consulado estadounidense en Libia y el asunto de las ‘carpetas llenas de mujeres’ (‘binders full of women’), lo punzarán en los próximos días.
En una situación más nivelada que nunca, es previsible que ambos candidatos y sus equipos de campaña acentúen sus ataques. Aunque ambos han insistido en sus promesas de gobierno, la saturación que de ellas tiene el electorado y, por otro lado, la falta de detalles concretos y específicos en ambos discursos hacen que esas ofertas tengan ya poco efecto en el electorado indeciso. En cambio, la confrontación para descalificar al contrario y minar su credibilidad podría ser el factor que incline la balanza, sobre todo en estados clave como Ohio y Florida. Serán días ríspidos.
El final será de los rudos y el tercer debate podría ser el punto de quiebre.