‘Es lo peor que he visto’
Lanza mató primero a su madre y después fue a la escuela
NEWTOWN, Connecticut. Nadie sabe por qué Adam Lanza de 20 años de edad, mató a su madre y por qué llevó sus armas hasta la escuela y asesinó a 20 niños y seis adultos.
Pero el viernes condujo el automóvil de su madre por las calles de este pueblo de 300 años con sus estilizadas iglesias antiguas y frondosos árboles y llegó a una escuela donde reinaba el júbilo antes de las fiestas navideñas. De alguna manera, logró burlar una puerta de seguridad hasta el lugar donde los niños deberían haber estado libres de peligro.
Theodore Varga y otros maestros del cuarto grado realizaban una reunión: aún quedaba el brillo del concierto ofrecido por los alumnos del salón en la víspera.
“Un día agradable”, comentó Varga. “Todos estábamos contentos. Ya terminábamos la semana con un buen ánimo”, agregó.
Y entonces, intempestivamente y como una pesadilla, comenzaron los disparos. “No recuerdo cuántos fueron”, destacó.
Alguien encendió los altoparlantes y todos pudieron escuchar lo que sucedía en la oficina.
“Uno podía escuchar el terror que estaba ocurriendo”, dijo Varga. “Quienquiera que haya sido salvó a mucha gente. Todos en la escuelas escuchaban el drama que se estaba produciendo”.
La terapeuta Diane Day estaba reunida en una oficina a las 9:30 de la mañana con el director Dawn Hochsprung junto con un psicólogo de la escuela y otros miembros del plantel y un padre de familia sobre el caso de un niño de segundo grado.
“No habían pasado cinco minutos cuando escuchamos ¡Pop! ¡Pop!, ¡Pop!” Relató Day al diario The Wall Street Journal. “Yo me escondí debajo de la mesa”, dijo.
Pero Hochsprung y el psicólogo se levantaron de sus asientos y salieron del salón para ver qué pasaba, recordó Day. Hochsprung murió y al parecer el psicólogo también.
Un guardián corría por todos los sitios avisando que alguien estaba armado, dijo Varga.
“Les dijo, muchachos agáchense, ocúltense”, contó Varga. “Un verdadero héroe” dijo el profesor, pero no sabía si el custodio sobrevivió.
“La escuela Sandy Hook. Alguien llama indicando que cree que alguien está disparando en el edificio”, dijo la operadora de la policía, según una grabación publicada en el sitio del diario en el Internet.
“Al parecer el tiroteo ha terminado”, dijo la operadora a las 9:38 de la mañana. “Hay silencio en el lugar. La escuela está segura”.
Y a las 9:46 de la mañana, una voz angustiada llamó desde la escuela: “Hay cadáveres aquí. Necesitamos ambulancias”.
La policía pidió a los alumnos cerrar los ojos cuando salieran del edificio. Los menores asisten en la escuela desde el jardín de niños al cuarto grado.
Los niños, algunos llorando y asustados, hacían filas; unos sujetaban con la mano el hombro del compañero que iba adelante mientras eran retirados con la protección de policías por un estacionamiento.
Los padres llegaron en estado de pánico en busca de sus hijos a la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, una próspera comunidad de unas 27,000 personas, unos 97 kilómetros (60 millas) al noreste de la ciudad de Nueva York.
El gobernador Dannel P. Malloy y otros funcionarios públicos llegaron después hasta el centro de bomberos. También llegó Monseñor Robert Weiss de la iglesia Santa Rosa de Lima, de Newtown. Observó cuando algunos de los padres se enteraron que no volverían a ver a sus hijos vivos, nunca más.
Recordó la reacción del hermano de una de las víctimas.
“Le dijo al niño que su hermana había muerto”, dijo Weiss. “El niño respondió: no voy a tener con quien jugar”.
El director de la Oficina Forense de Connecticut, Wayne Carver, encargado de analizar los cuerpos de las víctimas afirmó ayer “que no ha visto nada igual…es lo peor que he visto en toda mi carrera”.
Las autoridades todavía no han dado claves sobre los motivos que pudieron llevar a este chico “inteligente” y “antisocial”, como le han definido quienes le conocían, a perpetrar la masacre, la segunda más sangrienta de la historia de EEUU, tan solo por detrás de la de Virginia Tech en 2007, donde murieron 33 personas.
Algunos empleados de la escuela han indicado que el joven tuvo un altercado con varios miembros del personal solo un día antes, cuando intentó acceder, sin éxito, al centro.
Tres de las personas que le impidieron entrar figuran entre las muertas del viernes.
El tío del autor, James Champion, que es agente de la policía estatal de Connecticut, señaló a través de un comunicado que “toda la familia está traumatizada”.
Además de las armas empleadas en la matanza, todas registradas a nombre de la madre del autor, Nancy Lanza, la mujer tenía otras tres en su casa.
Según explicaron algunos residentes en la ciudad, Nancy Lanza era coleccionista de armas y llevaba a sus hijos a prácticas de tiro. Su otro hijo, Ryan Lanza, vive en Hoboken (Nueva Jersey) y según las autoridades no está relacionado con la matanza.
Por otro lado se informó que el presidente Barack Obama, viajará hoy a Newtown, Connecticut.
Obama acudirá a la ciudad para “acompañar a las familias de aquellos que han perdido la vida y agradecer a los primeros en responder” ante la tragedia, según informó en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
“El presidente hablará también en una vigilia de diversas fes por las familias y las víctimas así como por las familias de los alumnos de la escuela elemental Sandy Hook”