Cientos de muertes por armas
Más de 330 han muerto a balazos desde matanza de Connecticut
WASHINGTON, D. C. (EFE). Desde la matanza en una escuela de Connecticut que capturó la atención mundial, más de 330 personas han muerto a balazos en Estados Unidos donde se acelera la venta de rifles de asalto y de cargadores de alto contenido.
El 14 de diciembre un joven, armado con un rifle Bushmaster la versión civil del AR-15, que es el arma estándar de la infantería estadounidense y dos armas cortas, mató a su madre, irrumpió en una escuela primaria de Newtown (Connecticut) donde mató a seis adultos y 20 niños, y se suicidó.
La matanza, similar a otras que ocurren esporádicamente en Estados Unidos, reavivó el debate sobre la tenencia y porte de armas de fuego, repitió las mismas acusaciones y explicaciones, y ya va sumándose a la lista de tragedias que se discuten y no se evitan.
La revista en línea Slate ha iniciado una colaboración con el twittero anónimo @GunDeaths para rastrear las noticias de prensa de todo el país que recogen una buena parte del costo en vidas que tiene la interpretación libérrima de la Segunda Enmienda de la Constitución, la que consagra el derecho a llevar armas.
Los informes de las policías, los diarios, las estaciones de radio y televisión locales indican que, entre el 14 de diciembre incluido el ataque en Connecticut y el 29 de diciembre, por lo menos 321 personas murieron en todo el país por heridas causadas con armas de fuego.
@GunDeaths inició su propia recolección de datos en julio después de que otro individuo, fuertemente armado, matara e hiriera a decenas de personas en un cine en Aurora, Colorado.
Ahora, en cooperación con Slate, mantiene un sitio interactivo en Internet para la recolección y divulgación de esa información.
La Campaña Brady, el mayor grupo que brega por un control más estricto de las armas de fuego, calcula que cada año unas 100 mil personas en Estados Unidos sufren heridas de bala, por ataques o accidentes, y unas 30 mil mueren en homicidios, accidentes y suicidios con armas de fuego.
El debate sobre las armas de fuego, tras el ataque en Connecticut, se enfocó en los rifles semiautomáticos y los cargadores de alta capacidad que aumentan la potencia letal de los individuos que perpetran las matanzas y, en muchos casos, van dispuestos a morir.
La mera mención de que podrían imponerse restricciones a la venta a civiles de armas diseñadas para combate militar ha causado un incremento en las compras tanto de los rifles de asalto como de los cargadores que tienen, en algunos casos, hasta 30 balas que pueden dispararse en pocos segundos.
Los armeros y operadores de polígonos de tiro dan cuenta de una clientela más numerosa, y ansiosa, desde Carolina del Norte a Oregon, y desde Illinois a Florida.
“Se habla mucho en los medios acerca de posibles controles y la gente quiere comprar algo ahora sin esperar a que el Gobierno apruebe otras medidas”, dijo a la televisión local Tricia Sisson, presidenta del Polígono Lake Norman, en Carolina del Norte.
Una feria de armas en el fin de semana antes de Navidad en Kansas City, Missouri, atrajo a unas 12 mil personas, dijo a la televisión Dennis Pearson, quien promueve este tipo de ferias en unos 200 sitios de Iowa cada año.