Obama: ¿muy progresista?
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha fijado una agenda de prioridades para su segundo mandato recién iniciado que satisface a sus bases más progresistas por incluir temas como el cambio climático y los derechos de los homosexuales, pero que, por contra, ha irritado a los conservadores.
WASHINGTON, D.C. El presidente Barack Obama, ha fijado una agenda de prioridades para su segundo mandato recién iniciado que satisface a sus bases más progresistas por incluir temas como el cambio climático y los derechos de los homosexuales, pero que, por contra, ha irritado a los conservadores.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, sostuvo ayer, en la primera rueda de prensa del segundo mandato de Obama, que la agenda delineada el lunes por el presidente en su discurso de investidura no es una cuestión de ideología, sino de “responsabilidades” compartidas por todos los ciudadanos.
Pero los republicanos y grupos conservadores han interpretado el discurso de Obama como un “grito de guerra para los liberales” que va en detrimento de la unidad y objetivos como la creación de empleos.
El hecho de que Obama haya incluido entre sus retos el cambio climático, la inmigración, la igualdad de los homosexuales y el uso de la negociación en vez de la acción militar con “oponentes” como Irán es al menos alentador para los sectores progresistas del país, según dijo a Efe Susan Burgess, profesora de Políticas de la Universidad de Ohio.
Su discurso fue un “fuerte indicativo” de que es “muy sensible” a los temas que preocupan e interesan a sus bases más inclinadas a la izquierda, indicó por su parte a Efe Patrick Griffin, profesor de la American University.
Con la economía recuperándose, aunque a ritmo aún lento, y una conquista social ya resuelta, la de la reforma sanitaria promulgada en 2010, Obama planea dedicar tiempo y esfuerzos en los próximos cuatro años a las causas progresistas que citó en su investidura.
Sobre lograr un mayor control de las armas y la reforma migratoria pendiente ya se había pronunciado en las últimas semanas, así que lo que más sorprendió de su discurso fue la claridad con la que se comprometió con el cambio climático y con los derechos de los homosexuales.
Carney recordó ayer que en su primer mandato Obama estableció estándares “sin precedentes” para reducir las emisiones de carbono y añadió que enfrentar el cambio climático “ha sido y será una de sus principales prioridades.”
Si en 2011 el exvicepresidente estadounidense Al Gore se mostró decepcionado con la “fallida” política medioambiental de Obama, ahora ha elogiado su compromiso y espera que transforme la economía del país “para reducir drásticamente el calentamiento global y asegurar el futuro.”
Obama también fue muy contundente el lunes sobre la igualdad de los homosexuales, después de haber expresado públicamente en mayo pasado su apoyo a que puedan casarse, y de hecho fue el primer presidente en pronunciar la palabra “gay” en un discurso de investidura.
No obstante, su portavoz matizó hoy que, aunque el mandatario apoya los matrimonios entre personas del mismo sexo, no cree que sea un asunto que se deba regular por una ley federal.
Para Burgess, los avances que pueda intentar promover Obama sobre el matrimonio homosexual están supeditados a los fallos que emita el Tribunal Supremo en junio sobre dos demandas al respecto.
Una de las demandas cuestiona la constitucionalidad de una ley federal que define el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer”, mientras que la otra se refiere a la Proposición 8 de California, que declara ilegales los matrimonios homosexuales en ese estado y fue aprobada en un referendo en 2008.
Mientras las bases demócratas están satisfechas e ilusionadas ante el nuevo mandato de Obama, los republicanos no han perdido el tiempo y han vuelto a pintar al presidente, al igual que cuando llegó a la Casa Blanca en 2009, como un “liberal” peligroso.
Crossroads GPS, un grupo de apoyo a los republicanos fundado por Karl Rove, responsable de la campaña que llevó a la presidencia a George W. Bush, lanzó ayer un vídeo en internet que recoge comentarios de medios y analistas que advierten del progresismo “sin remordimientos” de Obama.
Uno de esos comentarios es de David Ignatius, editorialista de The Washington Post y quien critica la agenda “partidista” de Obama “en un país dividido y un mundo desorientado.”
Por contra, según Carney, Obama trasmitió en su investidura por encima de todo su “rechazo al absolutismo”, en un discurso que fue uno de los mejores del último medio siglo y una defensa de un progresismo “pragmático y patriótico”, a juicio de David Brooks, del The New York Times.