Esperan candente debate
Legisladores usan cautela en torno al futuro de la reforma migratoria
WASHINGTON, D.C. Esta vez líderes republicanos dibujaron una línea en la arena del debate migratorio. Tan sólo 24 horas después que el presidente Barack Obama realizara su discurso sobre una reforma, le advirtieron que no aceptarán incluir temas sociales en el debate.
Poco duraron las frases que apuntaban a un amplio consenso. Luego que el mandatario dijera que “el momento es ahora” y elogiara los avances en el Congreso, legisladores enfatizaron que es necesario aislar ciertos puntos en el debate.
En una discusión pública organizada por Politico, los senadores Charles Schumer (D-NY) y John McCain (R-AZ), usaron adjetivos como “complicado”, “duro” y “difícil”, al hablar de las conversaciones para lograr un proyecto de ley migratorio.
Al ser consultado acerca de las visas familiares y la posibilidad de que parejas del mismo sexo tengan la capacidad de pedir una visa en base a una relación permanente, McCain pareció molesto.
“Si cargamos este plan con temas sociales, es la mejor forma de descarrilarlo”, enfatizó. Las palabras del legislador hicieron eco a comentarios de otro integrante en el “grupo de los seis”. El martes, Lindsey Graham (R-SC) comparó este tema con legislación pro aborto.
Schumer, por su parte, explicó que el grupo detrás de los principios presentados esta semana, se reunirá los martes y jueves hasta trabajar en un proyecto de ley.
También aseguró que la propuesta seguirá el camino convencional de una legislación, con audiencias y una votación de comité, donde permitirán un proceso de enmiendas. Eso se podría traducir en un debate de hasta un mes en el pleno de la asamblea. Un proceso complicado y engorroso.
El Senado, en general, se ha alejado de este camino y ha optado por acuerdos entre los liderazgos de ambos partidos y cámaras, con un debate limitado y un voto expedito. Pero ahora, los legisladores parecen apostar a lo grande.
Por el momento, ya se han pactado dos audiencias sobre inmigración en el Congreso. El próximo 5 de febrero en el comité judicial de la Cámara de Representantes y el 13 de febrero en el Senado.
Tanto McCain como Schumer aseguraron que esperan obtener 80 votos en el Senado. Una meta que para muchos es imposible. Temas como flujo futuro de trabajadores, la incorporación de una tarjeta de identificación biométrica y los cambios necesarios en el sistema de verificación de empleo, son algunos de los puntos controversiales que falta negociar.
“Esperamos tener una votación para primavera o principios del verano”, dijo Schumer optimista. Consultado por La Opinión, el legislador dijo sentirse cómodo con los plazos pactados.
“Hay un sentimiento diferente esta vez. Si nosotros no podemos llegar a un acuerdo el Presidente presentará su propuesta y eso me parece justo. Tuvimos una gran reunión anoche. Estamos agendando varios encuentros cada semana”, aseguró.
“Harry Reid (D-NV) hará lo imposible para ayudarnos a tener una legislación. Vamos a tener un proyecto de ley de todas formas, pero queremos obtener un plan que pueda ser aprobado”, agregó Schumer.
La propuesta del “grupo de los seis” ha sido recibida con escepticismo por algunos conservadores en posiciones claves. John Cornyn (R-TX) el republicano de más alto rango en el subcomité de inmigración del Senado, quiere detalles.
“El Congreso necesita escribir legislación, no un resumen de cinco páginas. No me malinterpretes, me alegra que estén conversando, pero esto es sólo el comienzo. No se puede escribir legislación con sólo ocho personas”, comentó a La Opinión.
El “grupo de los seis” ya se está reuniendo con diferentes organizaciones involucradas en el debate y con personal de las agencias de gobierno, sobre todo del Departamento de Seguridad Nacional. De hecho, ayer, Esther Olvarría, consejera para política de la agencia y asesora del difunto senador Ted Kennedy, se encontraba en el Capitolio.