Acaba la odisea
El buque crucero que se averió en el Golfo de México llega finalmente a tierra
MOBILE, Alabama. Los cuatro mil 229 pasajeros del “Carnival Triumph” el gigantesco crucero que se averió el fin de semana en el Golfo de México habrían tardado cuatro o cinco horas en desembarcar luego de que anoche llegara a tierra la embarcación tras casi cinco días de haber estado en alta mar, sin propulsión a motor ni climatización y con escasez de alimentos, retretes y corriente.
El crucero que avanzó lentamente hacia tierra firme en Mobile, Alabama, después de casi una semana inmovilizado, sufrió otro revés ayer cuando se rompió un cable del remolcador y volvió a quedar a la deriva.
A bordo, los pasajeros describían inodoros desbordados, aguas negras en las duchas, alimentos insuficientes y pasajeros enfermos cuando el buque empezó a ser remolcado hacia las costas de Alabama después de una semana en el mar.
Lo que comenzó como un viaje de cuatro días en el Golfo de México se convirtió en una pesadilla para los pasajeros, todo lo contrario del crucero de lujo publicitado en los folletos. Debieron llegar a la costa solo para enfrentar viajes de varias horas en autobús u otros posibles medios de transporte para regresar a sus casas.
Antes del arribo a suelo estadounidense, la frustración creció dentro y fuera del barco mientras pasajeros y sus familiares se preguntaban porqué se demoró tanto en regresar a tierra después de que un incendio en la sala de máquinas averió el buque el domingo.
“Hay excrementos y orina en el piso”, se quejó Renee Shanar, de Houston, por su teléfono celular desde el crucero. “El piso está inundado con aguas negras… y tuvimos que defecar en bolsas”.
El crucero estaba a la vista de la costa de Alabama al mediodía pero todavía debía transitar un canal dificultoso antes de poder amarrar. Las imágenes televisivas de la cadena CNN mostraban a los pasajeros con rótulos colgados desde sus cabinas que decían “Ayuda” y “Te amo”. Otros caminaban por la cubierta, algunos de ellos saludando a los helicópteros que sobrevolaban el barco. Un grupo de personas que llegaron en botes quizás directivos de Carnival, la Guardia Costera y Aduanas abordaron el barco.
Shanar, que estuvo en el barco con su esposo, dijo que la pareja tenía una cabina sin ventanas, de modo que habían estado durmiendo en la cubierta varios días. Dijo que los alimentos eran distribuidos en el noveno piso y que algunos de los ancianos habín requerido la ayuda de gente más joven para que se los llevaran. Al principio solamente repartían carnes fiambres, como pavo, y emparedados de vegetales. Después otro crucero les entregó hamburguesas y emparedados de pollo, pero la línea para recibirlos requirió una demora de casi cuatro horas.
“Y después la gente empezó a enfermarse por la comida”, agregó. Terry Thornton, vicepresidente ejecutivo de la empresa Carnival Cruiselines, dijo que el buque recibió un generador extra que le permitió servir comida caliente el miércoles por la noche.