Donaciones de campaña a Corte
Tribunal Supremo revisará el tope indiviudal de financiamiento
WASHINGTON D.C. La Suprema Corte aceptó ayer revisar la demanda de un empresario republicano que busca eliminar los topes de contribuciones de donantes individuales a las campañas políticas, a fin de que sean ilimitadas como con empresas y sindicatos.
Los donantes estadunidenses tiene un límite de aportaciones que ascendió a 123 mil 200 dólares en el pasado ciclo electoral de dos, incluidos 74 mil 600 dólares a los partidos políticos y 48 mil 600 dólares a campañas de candidatos federales.
Adicionalmente un estadunidense puede aportar dos mil 500 dólares para candidatos en las elecciones primarias y/o dos mil 500 dólares para la elección general, así como cinco mil dólares a comités de acción política y 30 mil dólares extras a partidos políticos nacionales.
Pero el empresario de Alabama, San McCutcheon, afiliado al Partido Republicano y presidente de Coalmont Electrical Development, busca derribar los topes a fin de hacer aportaciones sin límite, similares a las aprobadas por la propia Suprema Corte hace tres años.
Su demanda, que es apoyada por el Comité Nacional Republicano, había sido desestimada por un panel de tres jueces de una corte de apelaciones, pero los quejosos decidieron llevarla a la Corte.
En 2010, el tribunal decidió el caso “Citizens United vs Hillary Clinton” y resolvió que las empresas pueden hacer donaciones ilimitadas a los Súper Comités de Acción Política (SuperPac’s) pues cualquier tope coartaría su derecho constitucional a la libertad de expresión.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia contribuyó a convertir el ciclo electoral del 2012 en el más costoso de la historia, con una factura estimada en casi seis mil millones de dólares, tanto en los comicios presidenciales, legislativos y estatales.
Organizaciones independientes se han quejado que la actual estructura del financiamiento de las campañas políticas en Estados Unidos permite una influencia desproporcional del dinero en campañas políticas individuales.
Durante las pasadas elecciones, tanto las campaña del presidente Barack Obama como de su rival republicano Mitt Romney decidieron no aceptar financiamiento público, a fin de poder recibir contribuciones ilimitadas hacia los comicios del 6 de noviembre.