Platos de Cuaresma para todo el año
Los platos de esta época también son recomendables en cualquier otra circunstancia, por su notable valor nutritivo.
Leguminosas, pescados, lácteos, variedad de verduras y frutas hacen de la temporada de Cuaresma una época rica en nutrientes.
Estos días de Vigilia aportan, además, buenos hábitos de alimentación que deberían ser retomados, si no todo el año, al menos con mayor frecuencia después de la Semana Santa.
“En Cuaresma la comida es más saludable porque se utilizan productos naturales, como verduras y leguminosas”, indica la nutrióloga Leticia Hernández Arizpe, presidenta de la Asociación Mexicana de Diabetes en Nuevo León.
Vegetales como zanahoria, papa, tomate, pimientos y espárragos, además de las hojas de color verde, entre ellas los berros, espinacas y acelgas, son ricas en vitaminas A, B, C y E, y minerales como zinc, hierro, fósforo, potasio, calcio y magnesio. También aportan fibra y antioxidantes al organismo.
Algunas de las leguminosas que regularmente no se acostumbran en el transcurso del año son las habas, lentejas y garbanzos. Son ricas en hierro y ácido fólico, aunque muchos las evitan por desconocer cómo se preparan o el tiempo que requieren para su cocción.
“En esta época se acostumbran mucho las leguminosas, proteínas de alto valor biológico que además son más económicas que los productos del mar, que en esta temporada incrementan su precio”, añade Hernández Arizpe.
Señala que las carnes blancas, sobre todo el pescado, poseen minerales que la carne roja no contiene, como el fósforo, además de que mejoran la digestibilidad y disminuyen el colesterol en la sangre.
“En cuanto al camarón, todo mundo dice que tiene colesterol muy malo. Realmente la cantidad y la frecuencia con que lo consumimos no provoca ningún problema de colesterol elevado”, explica.
“Como es una proteína más cara que otras carnes, la porción es más pequeña: se supone que una ración diaria de carne son 90 gramos, el equivalente a 12 camarones chicos, y nadie consume esa cantidad”.
Añade que se deben preferir las cocciones al vapor o al horno, evitando las frituras, capeados y empanizados porque absorben mucho aceite.
Las frutas de temporada, como la piña, melón y papaya, son ideales para preparar aguas frescas.
“Esto evitaría el consumo de refrescos embotellados, sean con azúcar o de dieta, porque ambos tienen mucho sodio que aumenta la presión arterial y la retención de líquidos”, dijo.
La única indicación es que la fruta se debe licuar prácticamente en el momento del consumo, porque la vitamina C que tiene se pierde a los 30 minutos de haberse expuesto al ambiente.
La nutrióloga menciona que este tipo de alimentación debería procurarse todo el año y no sólo durante las semanas de Cuaresma.
“El problema es que nuestra sociedad no nos permite la elaboración de esos platillos que llevan mucho tiempo, porque hay que cortar y cocer las verduras, y la preparación de las salsas que no son de lata implican limpiar chiles y desvenarlos”, explica Hernández Arizpe.
Además, es necesario erradicar la idea de que si la comida no lleva carne roja, entonces no es un plato completo. “Es cuestión de cultura. Hay un lema en México que dice que el norteño desayuna, come y cena carne, y esto se debe a la buena calidad de este producto”.