La inoculación chavista

La historia, cuyos hechos, según algunos cientistas sociales, adquieren certeza a la veintena de años; desclasificará contundentemente quién fue y qué tipo de gobierno realizó el recién desaparecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

También el tiempo y sus testigos, confirmarán o desmentirán sobre las hasta ahora especulaciones, en el sentido de que a Chávez se le inocularon los gérmenes del cáncer que finalmente acabó con su existencia física.

Sin embargo, pese a esa última especie vamos a formular votos para que la misma se haya revertido. Es decir, que aunque con una acción diferente, el luto, el homenaje y todo el pesar por la dolorosa muerte de Chávez; sí se convierta en una inoculación, en otro sentido. Esto, para que toda América Morena de una vez por todas, comprenda el porqué del homenaje póstumo al desaparecido timón de la revolución bolivariana.

Ojalá con su desaparición haya dejado una lección, sobre todo en República Dominicana, que logre inocular en los dominicanos y comprendan cómo es que se debe gobernar; que aun las acciones clientelares y populistas, deben ser prudentes y funcionales.

Que la obra que dejó atrás, sin importar sus desaciertos y sus impetus de aparente gobernante totalitario, haya inoculado en la población dominicana la lógica sensata de los nuevos tiempos, indicativos de que ya no están de moda los presidentes con atisbos propios de eunucos.

Que haya inoculado además que, pese a los criterios de descarriados escritores y presidentes cínicos e ingratos; Chávez, luego de un fallido golpe de Estado en 1992, logró la presidencia de su país sin estar impulsado o asido de las manos de dictatorzuelos que alguna vez haya enfrentado.

Su sentido deceso también debe servir para inocular a los dominicanos y convencerlos de que, si él hubiese gobernado en un país como la República Dominicana, contrario a otros exmandatarios, nunca habría osado calificar como “contrato modelo” una desigual negociación como el de la minera Barrick Gold, con el Estado dominicano.

Solamente un hombre franco, abierto, sencillo y sin retorcimientos afectivos como él, fue capaz de seguir queriendo a los dominicanos. Muy a pesar de que algún ingrato exmandatario de nuestro país haya dicho a través de Wikileaks,-y conociendo la figura en cuestión que dijo esto, “no hay porque dudarlo- que como dirigente político y presidente de Venezuela fue un inepto que no supo conceptualizar sobre su sostenida revolución bolivariana”.

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