La no tan buena suerte de los San Patricios

Los que saben honrarán un capítulo ya olvidado del siglo XIX, que nunca llegó a figurar en las aulas de historia de los Estados Unidos.

Esta conmovedora parte de la historia irlandesa/mexicana tiene que hacer con el batallón San Patricio– llamado los San Patricios o Los Colorados. Posicionados a lo largo de la frontera de Texas en los EE.UU., le dijeron adiós al ejército del general Zachary Taylor para tomar armas a favor de sus hermanos católicos mexicanos durante la infame guerra entre México y los Estados Unidos.

Nuestros partidarios bélicos del momento los llamaron traidores, pero para la mayor parte de México son héroes. Hasta hoy, en la fiesta de San Patricio, se ofrece un brindis a sus hazañas el 12 de marzo, fecha en que muchos resultaron ahorcados, así como se celebra también el 17 de marzo.

Después del conflicto, que duró dos años, los Estados Unidos se ganó la mitad del territorio mexicano.

El batallón de San Patricio funcionó como unidad de artillería. El historiador Michael Hogan, autor residente en Guadalajara de “The Irish Soldiers of Mexico”, escribió que si bien eran apenas 200, no estaban solos.

Durante esa guerra, unos 9,000 soldados estadounidenses desertaron. La unidad de los San Patricios incluía a alemanes, escoceses y otros, muchos llamados a filas inmediatamente después de inmigrar. Estaban en contra de pelear contra sus pares católicos, y aún no habían entablado una alianza firme con los EE.UU.

El hecho que no recibieron la ciudadanía, como se les había prometido, y el acérrimo prejuicio contra los católicos entre las filas, atizó la tentación de abandonar el servicio militar estadounidense.

Destinado a Brownsville, el capitán John Riley y un puñado de hombres alistados formaron lo que llegó a llamarse el batallón San Patricio. Se les unieron más adeptos después que los cañones estadounidenses se dirigieron hacia una catedral en Monterrey. Les dieron la bienvenida los soldados mexicanos. El general Antonio López de Santa Anna consideraba los irlandeses entre sus mejores tropas. Se cita al presidente de la sociedad del Arpa y el Trébol, John Moody: “Los San Patricios eran hombres honestos a quienes no les gustaba cómo los estaban tratando. Lo que aconteció como resultado del trato que recibieron dice mucho”.

Por todo México se encuentran escuelas, iglesias y calles con el nombre del batallón. Tanto aquí como en Irlanda, sellos postales rinden tributo a los San Patricios.

En otro capítulo poco narrado, muchos de los desertores de la guerra fueron perdonados y pudieron pelear en la guerra civil estadounidense, explica Hogan. Los irlandeses fueron los únicos en ser ejecutados por traición – no por fusilamiento, como requería la ley militar, sino por ahorcamiento.

Hace unos años la historia volvió a surgir en un CD de los Chieftains con el título, “San Patricio” que combina un sonido tradicional irlandés con una variedad de artistas, mayormente hispanos. Entre ellos están Linda Ronstadt, Los Tigres del Norte y la legendaria Chavela Vargas. Ry Cooder, premiado con el Grammy, encabezó el proyecto de 19 canciones, y el actor Liam Neeson narró el poema escrito por integrante principal de los Chieftains, Paddy Moloney.

Así que, esta vez cuando miras los risueños ojos irlandeses, tal vez veas lágrimas en los ojos de unos cuantos mexicanos, también.

¡Vivan Los Colorados!

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