Lo de Castro tiene cola

Quien hubiera pensado que el chivato más famoso de nuestros tiempos pudiera terminar las corruptas carreras de políticos en Nueva York. Irrefutable que Nelson Castro, hijo, de la patria de Juan Pablo Duarte, le ha perturbado los planes a sus antiguos patrañeros políticos. El que más o menos está revisando las conversaciones que tuvo con el hoy exasambleísta estatal.

Tan inesperado fue lo que hizo Castro que ayer el arrogante gobernador Andrew Cuomo, que se las daba de haber “limpiado” Albany, anunció varias medidas para enfrentar la corrupción desde “Brooklyn hasta Buffalo”.

Las iniciativas legales que Cuomo —con la ayuda de fiscales— pondrá en vigor, son como resultado de lo que se alega hizo el senador estatal Malcolm Smith con líderes del partido Republicano por un lado y lo que grabó el villano Castro por otro.

“Yo se lo apuesto”, me aseguró un colega dominicano al preguntarle si existe la posibilidad, que entre los que Castro grabó está comprometida la campaña por el Congreso del año pasado de Adriano Espaillat.

Castro trabajó con Espaillat cuando éste era asambleísta como Chief of Staff y formó parte del equipo que lo apoyó en su empeño de ser el primer dominicano en llegar al Congreso estadounidense.

Mi interlocutor, quien conoce bien la política de su patria, me aseveró que “hubo unanimidad en que querían un congresista plátano. Hubo unificación de todos los partidos en respaldar la candidatura de Espaillat”.

Se dice que hubo dinero en efectivo que llegó a las arcas de la campaña. Eso se tendría que probar.

Todavía no se sabe a quiénes y de qué nacionalidad son todos los que Castro grabó para los federales. El primero que cae es un afroamericano. A ver hasta dónde llega la cola.

Bajofuego@eldiariony.com

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