Norcorea y el fanatismo político

Parece ser que el grado de fanatismo de cada cultura se puede medir de acuerdo a lo que le han hecho creer sus respectivos gobiernos.

En el mundo capitalista a todos nos venden la idea de libertad. Y si, hasta cierta medida somos libres; al menos gracias a Dios podemos expresar lo que pensamos sin temor a ser aniquilados. De hecho lo hacemos diariamente en cualquier lugar incluyendo a través de los medios de comunicación y hasta en las redes sociales.

Y si, se puede decir que somos fanáticos a la libertad. Tristemente la libertad que un mundo capitalista nos ha vendido a pesar de sus acciones injustas en el mundo entero.

Acciones que con sus intervenciones militares, bloqueos económicos y guerras a países vulnerables política y económicamente, han dejado como saldo a víctimas inocentes sin derecho a elegir una libertad tanto de economía, de política y de pensamiento.

Libertad para vivir y trabajar es la ideología que ha atraído por años a miles de inmigrantes del mundo hacia los Estados Unidos. Todos de alguna forma hemos llegado a este país a perseguir el sueño americano.

Muchos inmigrantes se ven obligados a esconderse ya que su status migratorio los obliga a vivir en el anonimato, otros en cambio consiguen cumplir sus sueños y hacer valer sus derechos fundamentales: civiles y constitucionales y formar parte de una democracia caracterizada por una libertad individual.

Sin embargo países de régimen comunista no comparten el concepto de “Libertad”.

La población de Corea del Norte diríamos que son unos fanáticos que actúan como robots. Pero ellos aceptan e idolatran(no tienen de otra) la ideología dictatorial de su gobierno. Y, a su vez ellos, nos critican y nos odian.

Las recientes nuevas sanciones impuestas recientemente por la ONU a Corea del Norte por su prueba nuclear el pasado mes de febrero, han elevado el nivel de fanatismo en su gobierno en querer demostrar su poder nuclear al resto del mundo en especial a Estados Unidos y sus aliados.

El fanatismo de la población norcoreana es tal, que están obligados a colgar en sus hogares cuadros con imágenes de sus líderes políticos en señal de respeto y aceptación de su gobierno sin derecho a rehusar. Para la población norcoreana nosotros somos el enemigo que hay que eliminar.

Ahora, estamos nuevamente bajo amenaza de guerra. Crear terror para demostrar poder donde cada cultura defiende su ideología de gobierno, es también fanatismo.

Ni una democracia disfrazada de libertad ni una dictadura que pretende aparentar que proporciona la mejor forma de vida a su pueblo los hacen más fuertes y libres. Al final, el pobre pueblo con vendas o no puestas, y según el punto de vista de cada quien, será nuevamente víctima de ideologías que en últimas a todos nos arrastra sin piedad, sin permiso y sin justicia, volviéndonos a todos fanáticos lo quieran o no.

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