Sobrevivientes de explosión en Texas tratan de sobreponerse

Habitantes de la pequeña localidad de West, cerca de Waco, Texas, tratan de recuperarse luego de la explosión de la planta de fertilizantes que devastó a su pueblo

Una vigilia con velas en la iglesia Santa María de la Asunción, en West, rinde tributo  a las víctimas, familiares, amigos y socorristas involucrados con la reciente explosión de la planta de fertilizantes.

Una vigilia con velas en la iglesia Santa María de la Asunción, en West, rinde tributo a las víctimas, familiares, amigos y socorristas involucrados con la reciente explosión de la planta de fertilizantes. Crédito: AP

WEST, Texas.— La pequeña localidad de West trataba de sobreponerse a la explosión de una planta de fertilizantes mientras se intensificaban las tareas de rescate entre las montañas de escombros.

La humareda se resistía a abandonar el centro de West, donde entre 50 y 75 casas quedaron demolidas y se evacuó a casi la mitad de los 2,800 habitantes.

Uno de ellos es Jimmy Polinsky, un anciano que ha vivido toda su vida en esta pequeña localidad y al que le sorprendió la explosión justo cuando se sentaba a cenar junto a la ventana, que lo “golpeó en la cabeza”.

“Mi casa está patas arriba, el techo se está cayendo, las ventanas volaron por los aires y nos dijeron que nos fuéramos”, dijo Polinsky. “No sé lo que va a pasar”, añadió conteniendo las lágrimas.

Los que se han quedado describen un West volcado en ayudar a los heridos, a los familiares de los desaparecidos, a los que han perdido demasiado.

“La gente que lo ha perdido todo, que está quemada, herida, eso te altera la vida”, indicó Mimi Montgomery Irwin, que posee una casa dañada por la explosión. “Yo puedo reemplazar una ventana rota, pero no puedes sustituir a una persona”, añadió.

Irwin fue voluntaria durante los atentados de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 y dijo que la explosión del miércoles le hizo “revivirlo todo”.

“Perdí a dos personas que quería mucho en Nueva York y he perdido varias amistades aquí, que también quería mucho. Es una experiencia paralela: una en un gran macrocosmos y la otra con gente con la que has crecido. Nuestras familias nacen y mueren juntas, están todas enterradas en el cementerio”, aseguró.

Su pastelería, The Village Bakery ?uno de los negocios más emblemáticos del modesto pueblo de West y que clama ser la primera pastelería checa de Texas? se ha convertido en un centro de atención y ayuda para los ciudadanos.

“Si la gente necesita saber a donde ir para conseguir algo, tratamos de ayudar, le decimos a la gente del pueblo que puede venir aquí para conseguir información. Estuvimos dando comida gratis (ayer), no creímos que fuera apropiado cobrar”, indicó.

La lluvia que cayó ayer por la mañana en la localidad contribuyó a limpiar el aire de posibles contaminantes liberados en la explosión de la planta de Fertilizantes West, que tenía en su planta 24.5 toneladas de amoníaco.

La Agencia de Protección Medioambiental y la Comisión de Texas sobre Calidad Medioambiental continuaban evaluando la calidad del aire, que no preocupa demasiado a algunos.

“Con el viento y la lluvia que hemos tenido, el amoníaco aparentemente se ha disipado. Están midiendo la calidad del aire y asumo que, si es peligrosa, seremos evacuados”, señaló Irwin.

“Hay mucho aire libre en este lugar, no estoy preocupado”, indicó Steve Baroct, que vive a una hora y media de West y no oyó la explosión, pero que hoy vino a ayudar, aunque no conoce a nadie en el pueblo.

El estallido provocó un temblor en la tierra de 2.1 grados en la escala de Richter y pudo sentirse incluso a 70 kilómetros de distancia, en una sacudida que muchos vecinos notaron como si de una bomba nuclear se hubiera tratado, mientras que otros creyeron que fue un terremoto.

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