Recortes inconvenientes

Solo bastaron los reclamos de los pasajeros en los aeropuertos para que el Congreso decida excluirlos de la molestia que causan los recortes de presupuesto automáticos con una ley especial para evitar los feriados sin paga de los controladores aéreos.

Desapareció en el Congreso por un momento la imagen de firmeza ante los recortes, y en algunos casos la mofa de muchos legisladores republicanos por creer arrogantemente que la eliminación de 85 mil millones de dólares a realizarse en lo que queda del año fiscal no tendría un impacto significativo, al menos entre sus votantes.

Las decenas de miles de niños que están siendo afectados por la reducción en el programa Head Start, ni los afectados por los recortes en el programa federal de nutrición WIC para bebés, niños y mujeres no recibieron la misma atención de los legisladores; como tampoco la vacación obligada de 6,200 inspectores de alimentos del Departamento de Agricultura ni los miles de pacientes de cáncer en Medicare que no son atendidos debido al recorte federal.

Empero la espera de unas horas en aeropuerto de ejecutivos y viajantes desencadenó una indignación legislativa.

Sobre la Casa Blanca cayó la denuncia republicana de buscar rédito político molestando a los viajeros en vez de canalizar un recorte en otra área. Seguramente habrían querido que su destino sea algún programa social, de esos que les gustaría eliminar.

En esta ocasión quedó en claro la hipocresía que hay detrás del respaldo a que entre en vigencia el “secuestro” presupuestal que supuestamente era a lo largo del Gobierno caiga quien caiga. Ahora vemos que es solo para quienes carecen de influencia en Washington.

Este es otro resultado de la incapacidad en Washington de consensuar un presupuesto. El piloto automático reemplazó el sentido común que solo responde a las quejas de los más influyentes. Vergüenza para demócratas y republicanos.

ImpreMedia/La Opinion