Mexicanos aceptan culpa por trata de niñas en NY
Los tres hermanos forzaron a las menores a prostituirse en Queens
La necesidad de intérprete y la dificultad de los acusados para entender y seguir el proceso, sumado al hecho de que solo uno de ellos, Benito, aprendió a leer y escribir en la cárcel, alargó la declaración.
Los hombres fueron extraditados de México en diciembre 2012 “como parte del programa contra el tráfico humano que ha liberado hasta la fecha más de 100 víctimas y procesado a más de 52 personas”, dijo en su nota de prensa la fiscalía.
En su declaración de culpabilidad, Benito reconoció haber traído a sabiendas e intencionalmente a Carmen quien no tenía 18 años, para dedicarla a la prostitución. Asimismo participó en la llegada de Matilde, su novia y hermana de Claudia, la novia de Anastasio. Matilde tenía 15 años cuando le conoció y tuvo dos hijos con él. Benito la obligo a prostituirse en México alegando que tenían que pagar los gastos médicos de los niños. Ya en Estados Unidos la amenazaba con que no vería a los niños si no “trabajaba”.
“Yo convencí a mi novia [Claudia, 15 años] para que trabajara como prostituta en el 2008. Yo sabía que no tenía 18 años y antes de que los cumpliera arregle con el coyote para que la transportara a los Estados Unidos para que fuera prostituta allí”, confesó Anastasio.
Los hermanos reclutaron a las jóvenes cuando apenas tenían 15 años, se turnaban en su vigilancia y transporte, se apropiaban de todo el dinero que ganaban haciendo que lo enviaran como remesas con nombres supuestos a familiares de ellos. Cuando no obtenían lo suficiente las golpeaban, y las amenazaban con dañar a su familia en México cuando ellas decían que querían dejar la prostitución.
La juez Carol Bagley Amon de la Corte Federal de Brooklyn fijó para el 1 de octubre la sentencia que puede ser de un mínimo de 10 años y un máximo de cadena perpetua.
Aunque la prostitución es la forma más conocida del tráfico humano, este comprende cualquier tipo de trabajo al que se obligue a una persona utilizando la fuerza, el fraude, la coerción o la servidumbre por deudas.