Cómo ven a nuestro pueblo latino en Europa

Mark Mardell, editor para la región norteamericana de la British Broadcasting Corporation (BBC), se encontraba en Springdale, Arkansas, el 19 de mayo para dar un vistazo por el parabrisas del futuro latino de los EE.UU, intentando entresacar lo relevante de lo trivial. Con 71,400 habitantes, Springdale es un 30% latino.

Se proyecta que el resto de los EE.UU. será como Springdale para el año 2030.

Como evidencia, observa a algunos niños haciendo bailes folclóricos. Afirma que esto es “el heraldo del futuro de los Estados Unidos” ya que uno de cada cuatro estadounidenses menores de 18 años es hispano. Para Mardell, los hispanos son personas de habla hispana con herencia latinoamericana, aunque en realidad eso no es cierto, ya que casi dos tercios o un 63% de los latinos nacieron en los EE.UU.

La adquisición de la lengua inglesa está a niveles históricamente altos, sin precedentes, aunque la persona que observa informalmente esto no lo percibe. Tampoco se entiende bien que tanto los niños que nacen en los EE.UU. como los que nacen fuera crecen bilingües, un hecho aceptado socialmente en Europa. No obstante, de mayores se vuelven torpes monolingües, si continúan las tendencias actuales.

En realidad, una comprensión de parabrisas de estas tendencias podría resultar completamente enrevesada. El Centro Hispano Pew calcula que va desarrollándose un índice de matrimonios mezclados de un 8% entre los hispanos nacidos en el extranjero, del 32% para la segunda generación, y del 57% para las terceras generaciones y mayores. Si esto resulta ser verídico, es posible que veamos el fin de los latinos tal como los conocemos hoy, para el 2030.

No sólo le han vendido este gato por liebre a la sociedad estadounidense, sino también a la europea y la mundial, también.

Una de las personas entrevistadas aparentaba entender algo mejor la identidad social que realmente buscaba Mardell. Una joven en Texas le dijo, “La gente pregunta que cuándo fue que mis parientes cruzaron la frontera. Yo les digo, la frontera cruzó entre mis ancestros”.

Una porción es la historia de la representación política en sí, cómo se perdió y como parte se está recuperando ahora. La historia es sobre cómo se cometió un error en la democracia, muy similar a lo que ocurrió con los indígenas norteamericanos. La representación en los antiguos territorios mexicanos se perdió cuando la frontera cruzó entre los ancestros, y a las tierras les pusieron la etiqueta USA.

Sólo en el último medio siglo, a través de alianzas cívicas y nuevos grupos demográficos, se ha ido recuperando algo de la representación pública. La visión del futuro de esta nación es brillante por esta razón.

Es ésa la verdadera historia del cambio que se avecina.

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