Hay que compartir la carga

Cada día la ciudad recoge más de 10,000 toneladas de basura que atraviesan por comunidades de color. Esta basura es llevada en camiones a las instalaciones conocidas como estaciones de transferencia de residuos, que se encuentran de manera desproporcionada en las comunidades como el este de Williamsburg, que cuenta con 17 estaciones.

Un subproducto de esta basura es el problema creciente de asma en nuestra ciudad. Uno en cada ocho niños de la ciudad ha sido diagnosticado con asma. Igualmente como el transporte de basura, el problema del asma no afecta a todos los barrios por igual.

Los camiones de basura que recorren millones de millas al año, contribuyen a los niveles altos de la contaminación del aire en los barrios que atraviesan. Y esta contaminación del aire es un factor a las altas tasas de asma. 18% de los niños hispanos en la Ciudad han sido diagnosticados con asma. Y los niños en el este de Harlem son casi 13 veces más propensos que aquellos en el Upper East Side de visitar una sala de urgencias debido al asma.

En lugar de simplemente hablar sobre el problema, mis colegas en el Consejo de la Ciudad y yo hicimos algo al respecto. En 2006, aprobamos una ley que creó un nuevo plan para manejar la basura, una que eliminaría 6 millones de millas de camiones por año de las calles de la ciudad. Una parte clave en la reducción de estas millas se debe al aprovechamiento de las vías navegables, y la transferencia de la basura a los trenes y barcazas en lugar de camiones. Este plan también permitió la autosuficiencia de los condados. En pocas palabras, cada condado tiene que asumir la responsabilidad de su propia basura.

Desafortunadamente, un pequeño pero ruidoso grupo de residentes en el Upper East Side, financiados por grandes intereses de bienes raíces, han estado luchando para no hacer su parte. Han mantenido el nuevo plan de basura atadas en las cortes por años, lo que significa que la basura sigue en el tráfico de otras comunidades.

En un intento por complacer a algunos neoyorquinos en este barrio solamente, muchos de mis oponentes ahora dicen que ellos abrirán otra vez el plan de la basura y retirarán las instalaciones de la calle 91.

No se equivoquen. Oponiéndose a la Estación de Transferencia del Upper East Side significa apoyar el status quo. Esto significa apoyar un sistema que produce altas tasas de asma en el este de Williamsburg, Harlem y el sur de El Bronx.

Mientras que algunos de mis oponentes han vacilado con este tema bajo presión, yo me he mantenido mis convicciones y digo que nuestra ciudad debe tener justicia ambiental. He estado orgullosa de tener a la congresista Nydia Velázquez y los concejales Diana Reyna, Inez Dickens y María del Carmen Arroyo, entre otros, que apoyan mi posición.

Yo creo que la ciudad de Nueva York, debe trabajar para todos, no sólo para unos pocos privilegiados. Me postulo para alcalde para asegurar que nuestra ciudad siga avanzando hacia la justicia ambiental, y cada niño en cada barrio pueda crecer sano y libre de asma y contaminación.

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