Jueza niega fianza a acusado de atropellar niña en Manhattan
Franklin Reyes, de 17 años, no mostró ninguna reacción tras la determinación
Franklin Reyes, de 17 años, no mostró ninguna reacción cuando la jueza Erica Edwards de la Corte Criminal de Manhattan ordenó que quedara detenido, después de escuchar los argumentos, tanto de la fiscalía como del abogado defensor.
Reyes, de ascendencia ecuatoriana, enfrenta el cargo por homicidio en segundo grado, por escapar ilegalmente de un policía en un auto en primer y segundo grado y por conducir sin licencia.
“Decidió manejar el carro de su mamá a la escuela, dobló ilegalmente y cuando vio que la policía lo detuvo arrancó a alta velocidad por más de 10 cuadras”, relató el subfiscal refiriéndose a lo que hizo Reyes el martes en la mañana poco antes de atropellar a la pequeña Ariel Russo, de cuatro años, quien caminaba junto a su abuela, Kathia Gutiérrez, en la calle 97 y la avenida Amsterdam, al lado Oeste de Manhattan.
Según el subfiscal, Reyes merecía quedar preso, no sólo por la muerte de la menor, sino porque a Gutiérrez le quebró las dos piernas y le causó daño en la columna vertebral. “Ya le hicieron una cirugía y le van a hacer otro examen para determinar qué otros tratamientos necesita”, agregó.
En la querella se especifica que Reyes estaba manejando a una velocidad entre 50 y 60 millas por hora antes de intentar doblar en la calle 97 y que la pequeña Russo murió por un fuerte golpe en la cabeza y pecho.
Martin Schmuckler, abogado contratado por la familia, pidió a la magistrada que le permitiera una fianza ya que “es un buen hijo… un buen muchacho”, que esa mañana se levantó, fue a la escuela y lo próximo que ve es a la Policía detrás de él.
“El (Reyes) es un niño, se paniqueó cuando vio la Policía”, dijo Schmukler. “Tal vez si la Policía no lo hubiera estado siguiendo, esto no hubiera pasado”.
Además, el abogado indicó que su cliente nunca negó lo sucedido y que está sufriendo. “Ahora va a tener que vivir con lo que pasó para siempre y sabiendo que no puede culpar a nadie más, sino a él mismo”.
En la audiencia se encontraban familiares y amistades de la familia de Reyes. Visiblemente afectado, el padre del acusado, quien no quiso identificarse, lloró y se tapó la cara con las dos manos cuando vio salir a su hijo vistiendo una camiseta blanca, pantalones color crema y esposado a la espalda.
Mientras esperaba ser llamado por la jueza, Reyes esperaba con sus dos manos en la cara.
Mientras tanto, en el vecindario donde vive el sindicado y su familia, los vecinos se mostraron sorprendidos al enterarse de la noticia.
“Todavía estoy sorprendida, no lo puedo creer”, dijo una vecina quien dijo llamarse María, quien reside en el mismo edificio. “Específicamente de él (Reyes) no sé mucho, pero conozco la familia de muchos años, desde antes que él naciera”.
Según María, Reyes es el mayor de los hijos, tiene otras tres hermanas menores. Y las veces que lo vio, el adolescente iba en bicicleta, no manejando un auto.
“Aquí estamos frente a dos tragedias, la muerte de esa pequeña niña y su abuela que está en el hospital; y la tragedia que está viviendo esta familia”, dijo José, otro vecino del edificio donde vive la familia de Reyes. “Lo he visto como un típico adolescente creciendo, siempre trabajando con su papá y algunas veces arreglando bicicletas”.
Otro vecino, que prefirió dar su nombre, indicó que “era una bomba en espera de explotar”, porque lo ha visto conducir el auto “como loco”.
“Una vez casi me atropella y algunas personas de esta cuadra y de la calle 20 le han dicho que dejara de conducir así como lo hace… los padres le daban las llaves para que estacionara el auto, pero él (Reyes) se iba a manejar por las calles. Esta enviciado con los carros”, aseveró el vecino del edificio de al lado.
En su defensa, el mismo vecino indicó que a pesar de su edad, era un joven que le gustaba ayudar a su papá en el trabajo de superintendente en uno de los edificios de la misma cuadra y se rebuscaba trabajos como sacando a caminar perros y arreglando bicicletas.
“No es como esos otros jóvenes que se la pasan en una esquina haciendo nada, siempre está trabajando en algo”, agregó el vecino.
Al salir del juzgado, los familiares ni las amistades ofrecieron declaraciones a la prensa. El padre de Reyes trató de taparse la cara y golpeó con su suéter a algunos fotógrafos que lo seguían para tomarle foto.
La magistrada ordenó que el acusado regresara a la corte mañana 7 de junio.