Colombia en la OTAN

Existen muchas contradicciones en torno a los comentarios del presidente colombiano Juan Manuel Santos sobre un posible ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Estas contradicciones no solamente nacen en su gobierno, sino también en tierra de sus críticos en Bolivia, Nicaragua y Venezuela.

Para empezar, la OTAN es una organización internacional de tipo militar que se inició como parte de un proyecto europeo que fue consolidado por Estados Unidos con la finalidad de contener (parte de la política de Contención) la expansión comunista de la ex Unión Soviética en el norte y occidente de Europa. El tratado se firmó en abril de 1949 con la participación de 12 países. Hoy, la organización cuenta con 28 miembros.

En consecuencia, la OTAN tiene toda la capacidad de crecer y aglutinar más miembros en su organización. No es como algunos medios de comunicación en Colombia aseveran; que se limita solo a aceptar a países Europeos o que tengan afinidad con los intereses europeos. Estados Unidos y Canadá se encuentran en el continente Americano y Turquía, que también es miembro, no es propiamente un país europeo.

En este sentido, la OTAN es una organización internacional abierta. Es decir, cualquier país puede pugnar a buscar membresía, siempre y cuando los actuales Estados miembros lo acepten por unanimidad. Macedonia hizo una solicitud de entrada a la OTAN en 2008 pero su candidatura fue negada por Grecia. Lo mismo sucedió con Chipre, quién mantiene impases con Turquía.

Colombia puede, entonces tratar en forma progresiva llegar a ser miembro de esta organización iniciando, como dijo su ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón como “socio”. Colombia es un país soberano y puede, en consecuencia, buscar las alianzas que mejor le parezca para proteger a su ciudadanía y por cuestiones de seguridad. Ni Evo Morales, ni Nicolás Maduro, o cualquier otro jefe de Estado tiene derecho a entrometerse en sus políticas de seguridad.

Sin embargo, hasta qué punto le serviría una membresía dentro de la OTAN a Colombia. Durante las últimas décadas, esta organización ha servido como un mecanismo de intervención. Algunas veces lo hicieron por causas relativamente buenas, como sucedió contra Libia de Muamar Gadafi y Slobodan Milosevic de Serbia, y otras veces en mala manera como sucedió en Irak.

La OTAN se ha convertido en el polizonte de facto de la comunidad mundial. Es ultimadamente una organización que sirve los objetivos internacionales específicos –militares y políticos—de Estados Unidos. Las causas de intervención a otros países fueron propiciadas y lideradas por los norteamericanos. Hoy, la OTAN no interviene en Siria es porque norteamericanos no tienen objetivos claros.

En consecuencia, una membresía de Colombia en la OTAN beneficiaría al gobierno norteamericano, quién ha perdido la brújula en América Latina. Sin embargo, es más fácil que Bolivia, uno de sus críticos, se convierta en un potencia mundial que Colombia adquiera una membresía en la OTAN.

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