Parejas binacionales LGBT son las olvidadas por la reforma migratoria

Defensores de los derechos de la comunidad LGBT siguen en cabildeo en pro de una legalización y piden ser incluidos en la reforma migratoria.

Según una encuesta publicada por Immigration Equality y realizada por Latino Decisions, 64% de latinos está a favor de una reforma migratoria inclusiva.

Según una encuesta publicada por Immigration Equality y realizada por Latino Decisions, 64% de latinos está a favor de una reforma migratoria inclusiva. Crédito: Cortesía Immigration Equality

Chicago.- Se estima que 267,000 personas de la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero (LGBT) son inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos, según el Instituto Williams de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA).

Y según una encuesta publicada por Immigration Equality y realizada por Latino Decisions, 64% de latinos está a favor de una reforma migratoria inclusiva.

Muchas de estas parejas han sido separadas a causa de una deportación y otras han tenido que autoexiliarse a otro país para poder vivir en unidad familiar.

En vista de que continúa el debate del proyecto de reforma migratoria en el Congreso, y en un intento por incluir a las parejas binacionales del mismo sexo en esta propuesta de ley, el senador Patrick Leahy (D-VT) presentó una enmienda a favor de esta población al Comité del Senado a fines de mayo, la cual no obtuvo éxito.

El 11 de junio Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, reintrodujo una enmienda en el pleno del Senado, que permitiría que ciudadanos estadounidenses patrocinen a sus parejas del mismo sexo nacida en el extranjero para la ciudadanía.

La comunidad LGBT espera que después de tanta lucha y cabildeo, no se les excluya de la reforma.

Kenneth Martin-Ocasio, vice presidente de la junta directiva de la Association of Latino Men for Action (ALMA), dijo a La Raza que les preocupaba muchísimo lo que estaba sucediendo en Washington.

“Sobre todo los comentarios que hizo el senador Dick Durbin ingiriendo que no era el momento apropiado para nosotros pedir o pelear por nuestros derechos”, explicó.

“Si este no es el momento, ¿cuándo va a ser?. Se nos está excluyendo y, pues es algo que no podemos tolerar, porque es algo por lo que hemos batallado por años”, agregó Martin-Ocasio.

“Creemos que sería una injusticia el decir que la legislación va a pasar; pero con la exclusión de nuestra comunidad y nos sentimos bien desilusionados por eso”, dijo. “Seguiremos planeando estrategias”, enfatizó.

Por otra parte, la LGBTQ Immigrant Rights Coalition of Chicago envió en días pasados una carta a Durbin y dejó ver su posición y disconformidad frente a sus declaraciones.

Consultado al respecto, Max Gleischman, director de comunicaciones de la oficina de Durbin, dijo a La Raza que el senador apoya los esfuerzos para proporcionar igualdad a las parejas del mismo sexo.

“El senador Durbin se había opuesto a la adición del lenguaje mientras el proyecto de ley se estaba debatiendo en el Comité Judicial porque los republicanos amenazaron con matar la propuesta de ley de inmigración por completo si se incluían disposiciones relativas a las parejas del mismo sexo en el proyecto de ley”, se indicó en una declaración.

Gleischman también dijo que Durbin continúa apoyando estas disposiciones y trabajará para que todas las parejas se vean por igual bajo la ley. Se estima que 270,000 inmigrantes indocumentados LGBT podrían conseguir un camino a la ciudadanía en virtud de este proyecto de ley, confirmó la oficina del legislador.

Según activistas existen 30 mil parejas binacionales que se beneficiarían directamente de la reforma migratoria.

La paraguaya Esther Baruja visita regularmente los centros de detención de Illinois junto con otros religiosos para llevar alimento espiritual a los detenidos y otros a punto de ser deportados a sus países de origen.

Baruja, quien vive en Chicago, es voluntaria con la organización Immigration Equality, que lucha por la igualdad de las personas LGBT bajo la ley de inmigración.

En el 2005 y asistiendo a un ministerio cristiano en Chile, Esther conoció a una misionera estadounidense llamada Kati.

Esther contó a La Raza que cuando se enamoraron salieron del ministerio y Kati pensó en traerla a vivir a Estados Unidos.

Pero Kati no sabía de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), ley federal que define al matrimonio como una unión legal entre un hombre y una mujer, por lo que ningún estado está obligado a reconocer una unión entre personas del mismo sexo.

Para no separarse tuvieron que vivir cuatro años en Argentina. “Kati tuvo que autoexiliarse para poder estar conmigo. Este es el exilio que pasan los ciudadanos americanos porque son obligados a elegir entre su familia, su pareja y su país”, testificó Esther.

Mientras vivían en Argentina, Esther no dejaba de participar en la lotería de visas hasta que un buen día la suerte estuvo de su lado y salió beneficiada. Fue así como después de un largo proceso obtuvo la residencia permanente y viajó a EE.UU. con su pareja. Desde el 2010 viven en Chicago bajo unión civil y como una pareja binacional.

“Yo tengo solucionada mi situación migratoria porque gané la lotería de visa; pero la ley es injusta, por eso es que nosotras seguimos luchando para que otras parejas puedan tener justicia”, dijo Esther.

El guatemalteco Helamán Iquique y su pareja, el estadounidense Wade Twamley, estuvieron juntos como pareja por 10 años.

El centroamericano fue traído a EE.UU. de adolescente, cuando su familia emigró huyendo de la guerra civil en Guatemala.

Un día Iquique fue a su trabajo en una empresa de plomería y nunca más regresó, porque fue detenido por agentes de Inmigración.

“He gastado mucho dinero en abogados; pero no hay ningún resultado, voy a Guatemala cada vez que puedo y llamo, siempre estamos en comunicación, él es mi pareja de toda la vida y su familia es mi familia”, dijo Twamley a La Raza.

“Esperamos que este sistema roto de inmigración cambie con esta nueva reforma migratoria. Todo el mundo siente lo que nos pasa; pero no sucede nada. No entiendo por qué los políticos quieren frenar esto”, cuestionó el veterano de guerra, quien vive en Wisconsin.

Tania Unzueta, integrante de la Immigrant Youth Justice League (IYJL), piensa que cualquier ley que no incluya igualmente a la comunidad LGBT es discriminatoria.

“Esta es una reforma migratoria imperfecta, que va a continuar las deportaciones, que no va a incluir a los 11 millones de indocumentados ni a las parejas del mismo sexo”, afirmó Unzueta.

Esta joven pertenece a la comunidad LGBT y recientemente fue beneficiada con la política Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA).

“Es difícil ser LGBT e indocumentada; siento que a veces tengo que escoger uno o el otro ¿verdad?, legalización o inclusión. Creo es importante que la gente sepa que no se trata de una comunidad en contra de la otra, ya que hay personas que caben dentro de las dos [comunidades] y que lo único que queremos es ser reconocidas por ambas”, opinó Unzueta.

Según Hector Salgado, educador de salud del Howard Brown Health Center, en Chicago, la comunidad gay ha estado peleando por la reforma migratoria por mucho tiempo.

“Ya hemos llegado a este punto batallando juntos. Entonces, ¿por qué dejar ahora parte de esta comunidad fuera de algo que nos puede ayudar a todos?”.

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