Mexicanos se adueñan de la fiesta del Maracaná

Los seguidores de la selección de fútbol mexicana llenaron de sombreros, bigotes y canciones los alrededores del estadio Maracaná, en Río de Janeiro, donde hoy su equipo debutará en la Copa Confederaciones.

Río de Janeiro, 16 jun (EFE).- Los seguidores de la selección de fútbol mexicana llenaron de sombreros, bigotes y canciones los alrededores del estadio Maracaná, en Río de Janeiro, donde hoy su equipo debutará en la Copa Confederaciones contra Italia.

Familias enteras, niños y grupos de amigos, algunos con las caras pintadas, animaron las calles aledañas al estadio con silbidos, gritos y canciones.

Entre ellos estaban los amigos Enrique Aguilar y Carlos Rivera, de Tijuana, que llegaron ayer y prevén una victoria de tres a cero para su equipo.

Disfrazados con enormes bigotes, sombreros y envueltos en la bandera de su país, los dos aprovecharon la fiesta para tomarse fotos con la policía, al grito de “Tropa de Elite”, en referencia a al libro y película brasileños con ese título, y también con los periodistas.

Gabriel Souza, de Río de Janeiro, llevaba una camisa de Milán para apoyar a los Azzurri, pero cree que los rivales son mucho más animados.

“Yo estoy apoyando a Italia porque su fútbol es más similar al nuestro, pero la gente de México es más amigable”, confesó.

Gran parte de los hinchas de Italia que llegaron al estadio Maracaná eran brasileños.

Los amigos Márcio Faria, Gilles Batista y Fernando Tosadori, de Sao Paulo, participan en asociaciones italianas en Brasil y tratan de movilizar a los jóvenes descendientes a asistir a los partidos del equipo.

“Estoy sorprendido por la cantidad de mexicanos aquí hoy”, dijo Tosadori. “Es difícil encontrar a los italianos que han venido de Italia para ver los juegos”, añadió.

La pareja mexicana Berta y Jorge Figueroa vino de Ensenada y se quedará en Brasil hasta la final de la Copa Confederaciones, “aunque no haya México”, dijo Jorge.

Es el tercer campeonato internacional en el que ambos siguen la selección mexicana, incluida la Copa de Oro, en la que el equipo logró la plaza para la Copa Confederaciones.

“Si no nos clasificamos, al menos, paseamos. Ver el juego es una excusa para viajar y conocer gente, el resultado ni siquiera importa tanto”, dijo Figueroa.

Para el italiano Roberto Terziani, que vive en Brasil hace 56 años, donde se casó con la brasileña Eliane, será la primera vez que ambos vean juntos un partido de la selección de su país.

Él supone que el próximo día 22, cuando se enfrenten Brasil e Italia, su esposa e hijo van a apoyar a la selección brasileña. “Va a haber pelea en mi casa”, dijo Terziani.

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