Piden proteger a menores encarcelados
NUEVA YORK Ismael Nazario es parte de las estadísticas de adolescentes encarcelados por un delito menor en una prisión para adultos, que terminan siendo golpeados y afectados negativamente en su vida.
Nazario, ahora de 24 años, fue arrestado a los 17 por robo y pasó 53 meses en la cárcel de Rikers Island.
“Cuando hay una pelea entre adultos, los guardias se limitan a separarlos y ya”, dijo Nazario. “Cuando los adolescentes pelean, los empleados los separan y los golpean. Los castigos son diferentes, a veces los ponen de rodillas con las manos arriba, mientras los golpean y los insultan”.
Según Donna Lieberman directora ejecutiva de NYCLU, una organización que aboga por la defensa de los derechos civiles los jóvenes que son encarcelados en prisiones de adultos tienen el doble de probabilidades de ser golpeados por el personal y son 50% más propensos a ser atacados con un arma que los adolescentes internados en centros juveniles.
“Básicamente tuve que adaptarme a ese estilo de vida. Peleaba para defenderme, como una forma de sobrevivir”, indicó Nazario, de ascendencia puertorriqueña y afroamericana, quien ahora trabaja como administrador de casos en la unidad de servicios para jóvenes en el Centro de Alternativas para la Comunidad.
Al igual que Nazario, alrededor de 50,000 adolescentes son encarcelados anualmente en Nueva York en prisiones para adultos, el segundo estado que procesa a adolescentes de 16 y 17 años como adultos. El otro estado es Carolina del Norte.
En la ciudad de Nueva York, el número “desproporcionado” de arrestos en su mayoría son de “personas de color” y por ofensas menores como posesión de marihuana. En las escuelas, los jóvenes son arrestados hasta por escribir en los escritorios o comportarse mal, según Lieberman.
Por medio de una campaña estatal, varios líderes de derechos civiles, comunitarios y funcionarios electos pidieron ayer a Albany, que aumente la edad a 18 para que una persona sea juzgada y procesada como adulto.
El aumentar la edad para ser procesados en un sistema que ha sido creado para adultos, mejora la seguridad pública, según Jennifer March-Joly de la organización Citizen’s Committee for Children of New York.