Celia Cruz es recordada con homenaje (video)
El programa “Sábado Gigante” hizo un tributo a la cantante que cumplirá 10 años de fallecida.
La cantante cubana Celia Cruz, intérprete de temas como “El yerberito moderno”, “La vida es un carnaval” y “La negra tiene tumbao”, quien se mantuvo vigente en el ámbito musical por casi cinco décadas, fue recordada, a 10 años de su muerte, con el homenaje “Yo viviré”.
El programa “Sábado Gigante”, conducido por Don Francisco, resaltó, mediante el tributo los momentos memorables que pasó en diversas visitas que la cubana realizó a la emisión.
Yuri, Pitbull, Gerardo Ortiz y Albita conformaron el elenco que se encargó de dar su testimonio acerca de la artista, la compañera y la excelente persona que fue “La Guarachera de Cuba”, como también se le conocía.
En la actualidad le sobreviven en Cuba sus primas Mercedes y Georgina Figueras Alfonso, de 68 y 73 años de edad, respectivamente.
Ellas, se encargaron de cumplir uno de los últimos deseos de la cantante: depositar tierra de su patria recogida por ella en una actuación que hizo en la base naval de Guantánamo, junto a sus restos que descansan en el cementerio Woodlwan, del Bronx, en Nueva York.
A partir de octubre de 2012, la cantante fue recordada con el collage fotográfico alegórico, a cargo del fotógrafo Robert Weingarten, que se mostró al público en el Museo Smithsonian de Historia, de Estados Unidos, hasta mayo del presente año.
En dicha exposición también fueron incluidos varios objetos que pertenecieron a la afamada intérprete, que también es recordada gracias a temas como “Burundanga” y “Caramelos”.
Por otro lado, el mismo Weingarten realizó un retrato biográfico, exhibido en el Museo Nacional de Historia del Smithsonian en Washington.
Desde su nacimiento, el 21 de octubre de 1925 en La Habana, Cuba, hasta su muerte, el 16 de julio de 2003, Celia Caridad Cruz Alfonso se distinguió por su carisma, que después conjuntó con su voz y talento musical.
A los 14 años cantaba en concursos de aficionados en la capital cubana, donde inició una de las trayectorias más impresionantes en el mundo de la música. Estudió teoría musical, piano y voz en el Conservatorio Nacional de Música, en su país natal.
Participó en un espectáculo musical y de comedia titulado “La Corte Suprema del arte”, en el que compartió escena con cantantes destacados de la época como Aurora Linchetti.
Poco tiempo después participó en la Radio Cadena Suaritos, junto a una agrupación que interpretaba coros yorubas y ritmos de batá, logrando por esa época su primera grabación junto al cantante Obdulio Morales.
En 1948, Roderico “Rodney” Neyra fundó el grupo de bailarinas Las Mulatas de Fuego, y Celia fue contratada como cantante. Después, fue tal el éxito que viajaron a varios lugares del caribe.
En 1949, en Venezuela es contratada por la disquera Comercial Serfaty para grabar sus primeros discos de 78 rpm, respaldada por la orquesta del venezolano Leonardo Pedroza, conocida como Leonard Melody.
En ese mismo año, al regresar a Cuba, Celia grabó con la agrupación Gloria Matancera, poco después fue contratada por la emisora Radio Cadena Suaritos.
En 1950 conoció al empresario Alberto Sotolongo, quien la buscó porque quería que cantara con la Orquesta Sonora Matancera, debido a que la vocalista anterior había decidido retirarse.
En su etapa con la Matancera, protagonizó algunos de los capítulos más gloriosos de la música afrocubana, grabando una cantidad de temas legendarios como “Yembe laroco”, “Yerbero moderno”, “Burundanga” y “Caramelo”.
A fines de los años 50, La Sonora Matancera era la orquesta más popular de Cuba, la dimensión de esta alianza rebasó las costas y fronteras de su isla natal y exportó su talento al mundo.
Como integrante del grupo, Celia conoció a Pedro Knight, uno de los dos trompetistas de la agrupación, con quien inició una relación amorosa que culminó en un matrimonio de 42 años.
El 15 de julio de 1960 dejó Cuba por no estar de acuerdo con el régimen socialista de Fidel Castro, quien asumió el poder el 1 de enero de 1959, y al llegar a Estados Unidos en calidad de exiliada, siguió haciendo historia.
En 1965, la artista culminaría una etapa vertiginosa de 15 años con La Sonora Matancera, en ese lapso grabó con las orquestas de René Hernández y Vicentico Valdés.
A finales de esta década adoptó la nacionalidad estadounidense, y en 1966, Celia y Tito Puente iniciaron una asociación que editó cinco álbumes musicales, logrando despertar el interés del público anglo y europeo por la música latina, fenómeno que en los 70 llegó a conocerse como el “boom” de la salsa.
En 1973, se alió con el pianista y artista exclusivo del sello FANIA, Larry Harlow, y encabezó un concierto de música afrocubana en el Carnegie Hall de Nueva York, gracias a este pianista Celia conoció al músico Johnny Pacheco, con quien grabó clásicos como “Quimbara”, “Cúcala” y “Bemba color”.
Con esta unión y la orquesta Fania All Star visitó lugares como Reino Unido, Francia y Zaire.
Durante la década de los 80, la intérprete grabó y realizó varias giras por Latinoamérica, dando múltiples conciertos y “shows” de televisión.
En 1987, Hollywood le dio su estrella en el Paseo de la Fama. Tres años más tarde, a la Calle Ocho de Miami se le nombró “Celia Cruz” y, en 1991 esa ciudad también le dio su estrella, honor que también le han conferido otros paseos dedicados a luminarias en San José, Costa Rica, y en la Ciudad de México.
En los años 90 recibió el Premio Exito de Vida de la Institución Smithsonian, la Medalla Presidencial en las Artes, de Colombia, y el Premio Exito de Vida de los prestigiosos Hispanic Heritage Awards; además, la ciudad de San Francisco declaró el 25 de octubre de 1997 como El Día de Celia Cruz en San Francisco.
En 1992 incursionó en el mundo de la actuación con los actores Armand Assante y Antonio Banderas en la película “Los reyes del mambo”, y en 1997 repitió como actriz en la telenovela mexicana “El alma no tiene color”.
En 1994 recibió de manos del presidente de Estados Unidos, William Clinton, el National Medal of Arts, el más alto honor que ese país concede a las artes, en una ceremonia en la Casa Blanca.
En 2000, la revista “Billboard”, la publicación más importante de la industria musical, le rindió un tributo especial por sus 50 años de carrera. En este año también ganó el primer Grammy Latino por Mejor Álbum de Música Tropical.
Un año después fue nominada de nuevo a otro Grammy Latino, y en 2003, la guarachera más feliz del mundo siguió recibiendo homenajes y honores.
Celia Cruz se dedicó a ayudar a los demás, y en el verano de 2002 su compañero de toda la vida, Pedro Knight, y su representante Omer Pardillo realizaron uno de los sueños más preciados de la intérprete: crear la Fundación Celia Cruz.
El propósito es proveer ayuda financiera a personas de bajos recursos que deseen estudiar música, además de asistir económicamente a víctimas del cáncer.
En marzo de 2003, la cadena Telemundo le rindió un homenaje, contando con la participación de estrellas de la música latina y estadunidense. Los fondos recaudados fueron donados a la Fundación Celia Cruz, en junio del mismo año.
La cantante, quien trascendió más allá de la música tropical y se transformó en un icono de la cultura latinoamericana, murió el 16 de julio de 2003 en su hogar de Fort Lee, en Nueva Jersey, a consecuencia de un tumor cerebral del que había sido operada en noviembre de 2002.
Junto a ella se encontraba el trompetista Pedro Knight, con quien convivió más de cuatro décadas y con quien recién había celebrado su aniversario de bodas.
En 2005, se presentó durante algunas semanas en el Off Broadway New World Stage, en Nueva York, la obra de teatro “Celia: La vida y música de Celia Cruz”, protagonizada por la cubana Xiomara Laugart y el puertorriqueño Modesto Lacún, como su esposo Pedro Knight.
En ese mismo año el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos inauguró la exposición “¡Azúcar!”, con fotografías de momentos memorables de la vida de Celia, documentos personales, vestidos, videos y música.
En 2009 fue recordada en la séptima edición del Festival de Música Mestiza en España, con la proyección del documental “Celia la reina”.
Un año después se realizó en Washington una exhibición temporal de algunos objetos personales de la cantante, como una bata roja que utilizó en sus presentaciones y algunas fotografías y premios, en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.
En ese mismo año, fue homenajeada por la agrupación Celia Cruz All Star, en la emisión “La descarga con Albita”, donde la presentadora interpretó el tema “Por si acaso no regreso”, que se incluyó en el álbum “Celia, La reina y sus amigos”, una discográfica con intérpretes como Gloria Estefan, Willy Chirino, Lola Flores, Lucrecia, India y Angela Carrasco.
En 2011, se le rindió el tributo “Celia Cruz por siempre” en el salón parroquial de ST Raymond, en Miami, Florida, donde se proyectará el documental “Celia, la reina” y contó con muestras de artesanía, pintura y música cubana.
Además, se celebró una misa en su honor, para concluir los festejos se llevó a cabo una cena de gala, que fue amenizada por la Orquesta Inmensidad, del director Raúl Gallimore.
En 2012, en Nueva York, con motivo del noveno aniversario de la muerte de la cantante, se llevó a cabo un concierto en el que se evocó el legado musical que durará por muchos años.
Ese mismo año se editó el álbum triple “Cuba, la antología”, el cual fue una recopilación de 36 temas con las voces y grupos más representativos de Cuba, consideradas joyas musicales a nivel mundial.
El material contiene temas como “Ven Bernabé”, “De Cuba a México”, “Nostalgia habanera” y “La Cuba mía”, este último con la colaboración de Lucrecia y Andy García.
También incluye temas de exponentes musicales como Dámaso Pérez Prado, Compay Segundo, Omara Portuondo, Buena Vista Social Club, Eliadez Ochoa, Beny Moré y Vicentico Valdez, entre otros.