Expandilleros de NJ dejan la calle por el baloncesto

Unos 72 jugadores derrotan con el deporte la criminalidad callejera en la ciudad de Passaic

Yermely Morrober dejó la pandilla por un balón. Crédito: EDLP / Cristina Loboguerrero

Por Cristina Loboguerrero/EDLP

Actualizado: 14 Dic 2016, 16:15 PM EST Publicado: 23 Jul 2013, 06:07 AM EDT

Nueva Jersey — Expandilleros de Passaic se juegan la vida en cuatro tiempos y la única arma en sus manos es un balón. En una cancha de baloncesto han encontrado el drible perfecto para abandonar las calles donde antes esparcían la violencia.

Unos 72 jugadores, de entre 17 y 34 años, integran los seis equipos que pelearán el primer torneo de basquetbol para derrotar la criminalidad callejera en esta ciudad de Nueva Jersey. De ellos, al menos, 35 pertenecieron a pandillas.

“Es una excelente oportunidad para sacar a los jóvenes de la delincuencia”, opinó Yermely Morrober, que hasta hace dos años fue miembro de uno de estos grupos, cuyo nombre prefirió no dar.

“De las cosas malas aprendí las buenas”, resaltó el joven, de 22 años, sobre su pasado pandillero. Hoy, además de refugiarse en el deporte, estudia computación para ser “un hombre de bien”.

En Passaic, una urbe en la que casi 40% de los menores de 18 años vive bajo el nivel federal de pobreza, existen al menos 11 pandillas, según un informe de la Policía de Nueva Jersey de 2010.

Aunque reconoce su presencia no sólo en Passaic sino en “todas partes del estado”, el alcalde Alex Blanco enfatizó que la criminalidad en Passaic bajó 9% en 2012.

Morrober se mudó de República Dominicana a esta ciudad a los 14 años. “Llegue con mi papá y mi hermana, ya que mi mamá no pudo venir sino hasta dos años después”, rememoró el joven. Esa ausencia materna —dijo— lo llevó a refugiarse en esos grupos violentos.

De ser estudioso y deportista –recordó—, él pasó a ser un adolescente rebelde. “Vi cosas feas en la calle”, precisó Morrober, quien no terminó la secundaria, pero sí obtuvo su diploma GED.

La rivalidad entre grupos, además de ser testigo de cómo varios de sus compañeros fueron encarcelados y otros asesinados, lo hizo reflexionar y replantear su vida.

Otro participante del torneo, quien no quiso ser identificado, confesó lo duro que fue salirse de la pandilla a la que pertenecía.

“Muchos dejamos la escuela, no tenemos trabajo porque no estamos preparados y si nos salimos [de la pandilla] qué vamos a hacer”, reflexionó el dominicano, de 26 años, ocho años de los cuales pasó en una de estas agrupaciones.

Por respeto al grupo al que abandonó hace un año, no menciona las actividades que hacían. “No tengo nada de qué arrepentirme, porque lo hecho, hecho está; pero sí puedo decir es que las pandillas no conducen a nada”, aconsejó.

A través del baloncesto, muchos expandilleros han cambiado. “A la juventud hay que unirla por medio del deporte“, expresó uno de los gestores del torneo, Nicolás Méndez, dominicano de 29 años.

Ellos le reconocen “lo valioso que es competir y sentirse que tienen una actividad durante el verano y no estar deambulando por las calles”, aseguró quien quiere implementar este programa en otras ciudades.

El alcalde Blanco tiene pensado continuar iniciativas deportivas como ésta en su ciudad, que fomentan la unión y hacen que “la rivalidad pandillera quede fuera”.

Raúl Santana, encargado de contabilizar la puntuación de los equipos, cree que una de las ventajas de la competencia es que mantiene a sus integrantes “fuera de problemas y atentos a mantenerse en forma para el torneo”.

Los partidos se llevarán a cabo de viernes a domingo, en el parque Coronel Johnson de la calle Harrison, hasta la segunda semana de agosto.

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