El dilema de la mariguana

Burbujas

En días en que la reforma migratoria depende de lo que los políticos pretendan hacer en la súper armada frontera con México para impedir el cruce ilegal de los peligrosísimos indocumentados —que son la pesadilla de los republicanos—, hay un ex presidente de México, el más grande que ha tenido, solo en estatura claro, Vicente Fox, en campaña a favor de la legalización de la mariguana.

Y como al parecer finalmente hay interés en los Estados Unidos de combatir el uso de las drogas y apoyar la lucha por la seguridad en México, se reunieron la semana pasada, la Secretaria de Seguridad Interna de los Estados Unidos, Janet Napolitano, y el Secretario de Gobernación de México, Miguel Angel Osorio Chong, a quien se le felicitó por la captura de Miguel Angel Treviño Morales alias el Z40, dirigente del grupo de los “Zetas”. La reunión se llevó a cabo para coordinar esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado.

Y cuando por fin se pretende hacer algo para combatir el consumo de las drogas en los Estados Unidos, Fox en México discute la conveniencia de su legalización.

Y ese ex presidente de México, Vicente Fox, le ha dedicado últimamente tiempo a tratar de convencer que el mejor camino para acabar con el problema de la mariguana, es legalizar su uso.

Desde su despacho, que por cierto es una réplica del que tuvo en Los Pinos, por aquello de recordar viejos tiempos, ha concedido múltiples entrevistas para promover su propuesta de legalización.

Fox, desde que era gobernador de Guanajuato, y posteriormente presidente de México, hasta ahora, siempre ha buscado la forma de estar en la luz de las candilejas. Y lo logra porque goza de una especie de antipatía para con él y su Martita, que no pasa de ser un sentimiento popular que no lleva a nada. Pero a ellos eso no los afecta como les afectaría caer en el olvido… y prefieren los viajes y las conferencias.

Y ahora Fox aprovecha el debatido tema de la legalización de las drogas para que se hable de él. Es interesante: los Fox ya no están, pero no se van…

Mi punto de vista sobre esa legalización lo he dado con anterioridad: es difícil legalizar la mariguana sin que eso abra las puertas para intentar legalizar otro tipo de drogas, y además, los experimentos que se han hecho en varios países no han dado los resultados que se esperaban. Por supuesto que esa legalización acabaría con todos los males relacionados con su contrabando y con el lavado de dinero, aunque pondría en riesgo el futuro de muchos jóvenes que tendrían mayores facilidades para drogarse. Creo que lo que debe hacerse es permitir el uso médico de la mariguana, como ya se está haciendo en algunos estados, ya que según dicen, tiene cualidades curativas para una serie de trastornos físicos y mentales. Por lo pronto, lo más importante es que los Estados Unidos combatan el consumo de todas las drogas antes de que se discuta en serio la posibilidad de una regularización.

Ahora quisiera compartir con ustedes dos mensajes de mis lectores, uno de Juan Ruíz de Tijuana y el otro de Fernando López de San Ysidro. Son vecinos, uno de cada lado de la frontera.

Dice Juan Ruíz: “El que se pudiera legalizar el uso de la mariguana en México abre las puertas para un brillante negocio. Podríamos poner puestos de nuestra yerba a lo largo de la frontera para que vinieran a comprarla y llevársela a los Estados Unidos. Con ello crearíamos empleos y además nos ahorraríamos millones en vigilancia y le dejamos ese problema a nuestros vecinos. Pero en los Estados Unidos es difícil que se logre la legalización, aunque la droga del tabaco, que está legalizado, sigue matando a muchos de sus ciudadanos”.

Fernando López me dice que es ciudadano de tercera generación, que vive en San Ysidro, “casi montado en la frontera”, y que si bien no está a favor de que tantas personas la crucen sin documentos, menos lo está con el cambio de mentalidad anti latina en los políticos de los últimos años. Me dice que piensa organizar excursiones de ciudadanos para estar cerca del muro que se construye exprofeso para limitar el paso de personas y no de drogas; y ver si los “drones” y la Patrulla Fronteriza distinguen entre ciudadanos e inmigrantes indocumentados”. “Me gustaría ser detenido en mi país y ver como me tratan si creen que soy un ilegal”, dice.

Amigo López, ni lo intente.

Y sobre su otra idea de hacer un día de campo en la Riviera del Río Bravo del lado estadounidense, pienso que por muy ciudadano que sea, no se lo permitirán, si les molesta que los mexicanos lo hagan en su lado.

Yo me honro en tener amigos entre los integrantes de la Patrulla Fronteriza que son excelentes personas, pero también hay algunos para quienes hacer ese trabajo es su forma de desahogar su racismo, especialmente en Texas, donde algunos texanos aún creen estar en el viejo oeste.

Volviendo al tema de la legalización de la mariguana, pienso que falta mucho que analizar antes de poder hacer decisiones, pero independientemente de que se legalice o no, no sería malo que Fox se dedique a descansar de si mismo y nos deje olvidarlo.

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