Boehner, en un punto crucial
Tiene en sus manos el destino de millones de personas
WASHINGTON, D.C. En general, cada vez que John Boehner (R-OH) habla del ‘sueño americano’, llora. Él lo vivió en carne propia y ahora está en sus manos que millones de indocumentados puedan lograrlo también: es el Presidente de la Cámara de Representantes y el republicano más poderoso de Washington.
Son cerca de las 11:30 de la mañana y Boehner se dirige a su conferencia de prensa semanal en el Capitolio. A su lado transita personal de su oficina y guardias encargados de su seguridad. Distantes están los días en que trapeaba los pisos en el bar de sus padres en Ohio.
El segundo de doce hermanos y criado en una casa pequeña con un sólo baño, aprendió desde pequeño a trabajar duro. Fue el primero de su familia en ir a la universidad y luego ingresó a la compañía Nucite Sales, de la que se convirtió en su presidente.
Boehner se desempeñó como representante estatal y ya en 1990 llegó al Congreso federal. “Quiero que la Cámara de Representantes sea abierta, honesta, transparente y sensible al pueblo estadounidense. Quiero que el Gobierno completo rinda cuentas y enfrentar los grandes temas. Proteger el sueño americano para las futuras generaciones”, respondió a través de un cuestionario elaborado por La Opinión.
Su cercanía con la prensa hispana sale de lo común y es un testimonio a su olfato político. Sólo este año, su oficina decidió seguir las cuentas de Twitter de medios latinos. Además, él es uno de los pocos republicanos que envía comunicados de prensa en español.
El líder republicano ha destacado dentro de las prioridades de su agenda, trabajar en una reforma migratoria. Un área lejana a su vocabulario en sus dos primeros años en el cargo, pero importante, luego de las elecciones de 2012, cuando el voto latino sorprendió a muchos.
“La mayoría de nuestros miembros quieren enfrentar este tema. Queremos hacerlo porque es lo correcto para el país, no por política. Es un asunto increíblemente difícil y complejo”, aseguró.
Hasta el momento, Boehner ha dicho públicamente que favorecerá proyectos de ley pequeños para inmigración, pero ha eludido enfrentarse a esa pregunta, cuando se trata de los 11 millones de indocumentados.
Legisladores hispanos se reunieron con él en junio, para explorar sus intenciones de avanzar. “Veo en él a una persona que le gustaría cumplir, pero algo diferente es si está listo para hacerlo. Debe decidir si quiere ser un líder para su partido o para su país”, comentó el congresista Xavier Becerra (D-CA), quien participó del encuentro.
“Hasta ahora John Boehner ha organizado múltiples reuniones para que los legisladores de nuestro partido entiendan cómo funciona el sistema migratorio. Él no prometió una reforma a los votantes y sin embargo, está dando pasos importantes. Si se logra, será en parte gracias a él”, explicó el congresista Mario Díaz-Balart (R-FL). Si Boehner lo quisiera, podría someter a votación el proyecto de ley migratorio aprobado por el Senado. En ese escenario, es probable que la propuesta sumara suficiente apoyo de los miembros más moderados de su partido, para ser aprobada.
Pero el presidente de la Cámara de Representantes ha declarado enfáticamente que no lo hará. Esa decisión perturbaría a la base más conservadora de su coalición, incluidos los miembros del partido del té, que fueron esenciales para que los republicanos tomaran la mayoría en el Congreso en 2010
La relación entre Boehner y las facciones más extremas de su bancada han acaparado los titulares. Frecuentemente se le ha criticado por no poder controlar a sus miembros. En la última elección para seleccionar al presidente de la Cámara de Representantes, Boehner recibió 220 votos, tres más de los que necesitaba para asegurar el puesto. Diez legisladores republicanos votaron en su contra.
“Nuestros fundadores diseñaron la Cámara de Representantes para que reflejara al pueblo estadounidense -lo bueno, lo malo y algunas veces lo feo-. Pero yo estoy orgulloso de mi equipo, lo que hemos logrado juntos y lo que lograremos en el futuro”, dijo Boehner.
“Él ha hecho una labor muy positiva. La Cámara es un lugar difícil. Más de la mitad de los miembros llevan muy poco tiempo en el Capitolio. Él ha prevalecido en una Cámara que muchos decían que sería imposible liderar. Me ha impresionado”, explicó Díaz-Balart.
Luego del receso de agosto, Boehner deberá decidir el camino final de la reforma migratoria, después de censar el ambiente político. Un momento clave para su partido y también para su legado en la Cámara Baja.