Poderoso caballero es don whisky
Datos que debe conocer para disfrutar este licor como se merece
Nueva York — Para muchos es sinónimo de prestigio y éxito, otros simplemente adoran su sabor. Sea cual sea la razón, el whisky escocés sigue siendo una de las bebidas favoritas de muchos.
En países como Venezuela, Colombia y México, el consumo es masivo desde hace mucho tiempo, y en otros como Puerto Rico y Brasil, este licor compite cada vez más fuerte con el ron o la cachaça.
Para ayudar a quienes no saben mucho de su origen o desconocen la mejor manera de tomarlo, conversamos con MOW (Master Of Whisky) Arturo Savage, Embajador para Latinoamérica de Buchanan’s, quien asegura hay un gran vínculo entre nuestros países y este trago.
“Dicen que el sabor del whisky es un sabor aprendido, y en Latinoamérica lo aprendimos muy bien, y cuando se aprende dura toda una vida”.
Empecemos por lo básico…
El whisky, que en escocés se denomina ‘uisge beatha’ que significa ‘agua de vida’, es uno de los licores más ecológicos que existen, porque para su producción solo se necesita agua, cebada y levadura.
Si queremos resumir lo que es rápidamente, podemos decir que es una cerveza destilada. Primero se hace una cerveza a partir de cebada, se destila dos veces y luego se añeja en barricas.
Al whisky lo hacen en muchas partes del mundo. A parte del escocés, los más emblemáticos son el “bourbon” de Estados Unidos y el whisky irlandes o “irish whisky”. Pero el “scotch” es el whisky por excelencia, y para que sea considerado original tiene que ser malteado, fermentado, destilado y añejado en Escocia por al menos tres años, en barriles de roble europeo o americano.
¿Por qué se distingue? Hay algo en el clima de allá, en el agua, en el carácter de la gente. El grupo llamado “Los varones del whisky”, que nació a mediados del Siglo XX durante la época de la Reina Victoria, fue quienes lo dieron a conocer mundialmente.
Los tres tipos que se hacen son: los whiskies de grano, que se elaboran a partir del trigo y un mínimo porcentaje de cebada maltada; el de malta, que es el más antiguo de Escocia, ya que su primera referencia por escrito data de 1494, hecho con 100% cebada malteada producto de una sola destilería; y finalmente el whisky escocés más vendido en el mundo, que es un ‘blended’ de scotch whisky o escocés de mezcla, que es la perfecta combinación del de grano y el de malta.
La proporción de la mezcla es un secreto muy bien guardado por las grandes casas mezcladoras, como James Buchannan’s, Old Parr o Johnnie Walker.
Es un número que refleja cuanto tiempo pasó en la barrica. Pero la madurez es diferente, no significa que por ser uno más viejo es de mejor calidad. Cuando la edad aparece en la etiqueta corresponde al whisky menor de la mezcla. Por ejemplo, el Buchannans De Luxe que es de 12 años, es una mezcla de varios tipos de whisky de malta, ya que pueden ser hasta cinco o seis, y de todos esos que conforman la mezcla, el menor tiene 12 años de añejamiento.
Aunque más que la edad, lo que se busca en un whisky es su sabor y aroma, y la edad ideal te la va a decir solamente la barrica. Un whisky, como por ejemplo el ‘Red Seal’, está hecho en barriles escogidos a mano, que son escazas y excepcionales. Por eso es considerado de lujo, a pesar de que no tiene un número en la etiqueta.
Primero debo decir que lo más importante es que a toda bebida alcohólica hay que agregarle una buena dosis de responsabilidad y sentido común. En cuanto al whisky, yo diría que depende de la ocasión de consumo. Desmiento a quienes dicen que al agregarle agua estás matando al whisky, eso es totalmente incierto, porque el agua es uno de sus ingredientes principales.
Si uno lo que quiere es apreciar el sabor, diría que se le agregue un poco de agua o hielo. Pero la forma de tomarlo es como uno se sienta, lo importante es que la mezcla mantenga el sabor del escocés, que sea balanceada y guarde armonía. Este licor es tan versátil que se está abriendo a la coctelería, y por ejemplo lo he visto mezclar con jengibre y le va muy bien, con jugo de piña, etc.
Si una persona quiere comprar un whisky, lo primero que tiene que ver es quién hace ese whisky, porque una marca tiene que tener herencia y tradición. Las marcas más importantes de Escocia tienen por lo menos 100 años en el mercado.
Segundo, qué perfil de sabor y aroma ofrece esa marca. Cuando se lleve un whisky a la nariz y a la boca, debe dejarle explorar y descubrir sus ingredientes, la fruta, la madera, toda la complejidad de su creación. Y finalmente, para descubrir su preferencia en sabores y aromas, como en todo, hay que probar.