El perro es el mejor amigo del adulto mayor

Un perro mejora el estilo de vida y la salud de sus amos.

Un perro no sólo ofrece compañía, también brinda múltiples beneficios para el estilo de vida y la salud de las personas de la tercera edad.

Algunos creerán que es una gran responsabilidad, y sí lo es: por las vacunas y los cuidados que requiere; pero en el caso de un adulto mayor le ayuda a ejercitarse, convivir con otros y distraerse.

Una mascota también es auxiliar en las primeras manifestaciones de las enfermedades cognitivas, ya que ayuda a disminuir la ansiedad y la apatía que pueden provocar los trastornos mentales.

Las mascotas ayudan a personas de la tercera edad porque los motivan a hacer actividades diferentes, señala Linda Rodríguez, voluntaria de Prodan, asociación civil mexicana que promueve la adopción de perros.

“Sabemos que los adultos mayores a veces se sienten desmotivados y el tener un perro es una compañía que se convierte en su responsabilidad”, subraya Rodríguez.

Para María de la Luz Martínez Vidal de 67 años, contar con la compañía de su perrita Puppet se ha vuelto su terapia. A ella, por ejemplo, le gusta sacarla a pasear, bañarla y estar al pendiente de sus vacunas.

“Son muy bonitos, son fieles, son muy inteligentes, son muchos beneficios los que se obtienen sobre todo cuando uno ya tiene cierta edad“, asegura Martínez.

Y es que una actividad tan sencilla como sacar a pasear al perro permite que un abuelo pueda ejercitarse y socializar.

Rodríguez indica que algunos estudios sostienen que el simple hecho de acariciar a un perro ayuda a disminuir la presión arterial.

Por ejemplo, en 2005 la Asociación Americana de Cardiología mostró en un estudio que el contacto con los perros ayuda a mejorar las funciones del corazón y el pulmón en personas con insuficiencia cardiaca.

Los perros además de traer beneficios a la salud, expresa, son también excelentes amigos porque siempre están ahí para escuchar.

Un perro siempre será una buena opción para sobrellevar las enfermedades, sobre todo mentales, que con el paso del tiempo van apareciendo.

El geriatra Amador Macías menciona que el deterioro cognitivo se manifiesta en dificultades en la memoria, problemas de apatía, y la sensación de depresión en quienes lo padecen.

“No tienen iniciativa para involucrarse en actividades que les hagan trabajar su cerebro”, explica Macías.

La obtención de una mascota es una opción para contrarrestar ese deterioro, sugiere, porque les ayuda a integrarse y distraerse.

Entre los principales cambios que se observan después de que un adulto mayor adopta a un perro están una mejor participación, más diálogo y el disfrute del momento que pasan junto a él, resalta.

Sin embargo, el geriatra aclara que la convivencia con la mascota no detiene el deterioro cognitivo, aunque sí ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas.

De acuerdo con su experiencia como médico, él recomienda los perros para personas que sufren ansiedad, las que tienen dificultades para relacionarse o aquellas que muestran apatía al momento de realizar actividades.

De acuerdo con la voluntaria en Prodan, Rodríguez, los perros mayores de tres años son los más recomendables para los adultos mayores, pues eso permite conocer el carácter del animal y saber si coincide con el estilo de vida de quien lo adopta.

Un abuelo nunca volverá a tener la misma fortaleza que en su juventud, por eso no se puede correr el riesgo de que conviva con un perro vigoroso y robusto.

“Que sea un perro que no tenga tanta energía para que un adulto lo pueda maniobrar”, sugiere.

De acuerdo con Macías, la raza del animal puede ser variable: lo importante es que reciba un entrenamiento previo porque de eso dependerá su desempeño al vivir con un anciano.

Macías menciona que personas adultas que durante toda su vida se muestran indiferentes con los animales, cuando llegan a una mayor edad logran tenerles cierta empatía. Elvira Almazán de Treviño está por entrar en la tercera edad, actualmente tiene dos perritas, pero reconoce que durante su juventud los animales no le llamaban la atención.

Sin embargo, hoy está contenta por tener a su lado a Greñitas y Camía, quienes la acompañan mientras su familia se ausenta por cuestiones laborales.

“La mayoría del tiempo estoy sola y pues ellas me acompañan, son muy cariñosas.

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