Por poco Martin Luther King no usa “I Have a Dream”

El asesor del líder de los derechos civiles le había pedido que no usara la hoy histórica frase porque era "un cliché"

Martin Luther King durante el famoso discurso que marcó la historia de los Estados Unidos y cuando utilizó “I Have a Dream”.

Martin Luther King durante el famoso discurso que marcó la historia de los Estados Unidos y cuando utilizó “I Have a Dream”. Crédito: Archivo / AP

Washington, 21 ago – “I Have a Dream” (Tengo un sueño), la frase más recordada del discurso más famoso de Martin Luther King que ahora cumple 50 años estuvo a punto de quedarse en el tintero por temor a ser un “cliché” demasiado “trillado” y sólo un “brote de inspiración” del icónico reverendo la convirtió en historia.

“I Have a Dream” era una frase que el líder de los derechos civiles había utilizado decenas de veces antes de la famosa “Marcha en Washington“, la última hacía apenas una semana en Chicago.

Quizá por eso, la víspera de aquel 28 de agosto de 1963, su asesor Wyatt Walker le dio un único consejo: “No uses la parte de ‘tengo un sueño’. Está trillado, es un cliché. Ya lo has usado demasiadas veces”.

Walker, como el propio King, era consciente de que el discurso, que la próxima semana cumple 50 años, suponía la presentación del reverendo a escala nacional. Y después de horas de tachar y modificar párrafos en un hotel de Washington, dejaron listo un borrador que no incluía ninguna referencia al sueño.

“El discurso preparado pretendía ser una evaluación sobre la importancia histórica de la lucha por la libertad de los afroamericanos, y tenía como modelo el discurso de Gettysburg de (el presidente Abraham) Lincoln”, explicó a Efe el director del Instituto de Investigación Martin Luther King, Clayborne Carson.

Al día siguiente, a espaldas del icónico monumento a Lincoln y ante decenas de miles de personas, King comenzó a leer su “meditado y enérgico” trabajo, pero pronto comprendió “que necesitaba algo más para una ocasión tan extraordinaria”, según Carson, profesor de historia en la Universidad de Stanford.

Para el experto, que ha editado una autobiografía de King, fueron “años de desarrollo intelectual” los que permitieron que el activista “tuviera este repentino y oportuno brote de inspiración“.

Steve Klein, responsable de comunicación en el Centro King de Atlanta (Georgia), apunta otro factor que quizá influyó en la decisión: la insistencia de la cantante de “gospel” Mahalia Jackson, que, sentada cerca del orador en el podio, le instaba constantemente a “hablar del sueño”.

“Quizá ella le sacudió la memoria y le hizo pensar: eso funcionaría bien aquí”, dijo a Efe Klein.

Pero, en último término, King “decidió usar esa parte porque realmente le llegó la inspiración y sintió que quería compartir una visión de un Estados Unidos mejor con la audiencia”, afirmó.

La referencia al sueño no sólo cambió el discurso, sino también la forma de pronunciarlo de King, que dejó de lado el borrador preparado y no volvió a recurrir a él.

“Cuando leía el texto, parecía un ponente”, recuerda Clarence Jones, uno de los asesores de King, en el libro sobre el discurso “The Speech”, del periodista británico Gary Younge. “Pero en cuanto dejó el texto de lado, volvió a convertirse en un predicador bautista“, agregó Jones.

Las inmediatas ovaciones y aplausos demostraron que King había acertado al ir más allá de un llamamiento a la justicia, al comprender “que no era suficiente sostener una lucha masiva por la libertad a no ser que los participantes pudieran imaginar un futuro que hiciera que los sacrificios merecieran la pena“, apuntó Carson.

El resto del discurso de King era un meticuloso análisis de la situación de millones de afroamericanos, y contenía poderosas metáforas, como la que describía un Gobierno que había incurrido en “impago con sus ciudadanos de color”, otorgándoles “un cheque rechazado por fondos insuficientes”.

Pero, según Klein, el discurso “probablemente” no habría tenido el mismo impacto sin la mención al sueño. “Era el momento correcto para usar (la mención), la audiencia correcta para usarla. Necesitaba una idea grande“, subrayó.

Fuera o no gracias a la mención del sueño, los 16 minutos de discurso de King sirvieron para dar un impulso definitivo al movimiento por los derechos civiles y conseguir que el FBI, que ya le investigaba por los supuestos lazos comunistas de dos de sus ayudantes, le definiera como “el líder negro más peligroso y efectivo del país”.

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