‘Canelo’ apuesta a su mandíbula ante Mayweather
Mayweather sabe que sus puños no dañarán a Álvarez y que deberá correr toda la noche
Desde antes de que la pelea tuviera un nombre para cumplir su fase promocional, ya Floyd Mayweather Jr. era favorito para vencer a Saúl “Canelo” Álvarez.
Y a lo largo del tour promocional, el recio noqueador mexicano fue tratado más como un joven sin experiencia que se apresuraba a retar a los más grandes, que como un desafiante con una opción real. En otras palabras, vistos cara a cara, Mayweather se hizo más favorito para ganar.
Pero son tantos los que le dan al “Money” la opción de victoria, como los que creen que no puede ganar por nocaut. Dicho de otra manera: Mayweather puede controlar la acción ofensiva de Álvarez, pero no lo puede lastimar.
Así lo estiman.
Debe ganar con su jab. Debe marcar puntos con su recto. Debe correr para ganar.
Datos y cifras a la mano. Se enfrentan dos hombres que nunca han perdido un combate. Pero “Canelo” lo consigue buscando a los rivales para conectarlos, y Mayweather lo hace evadiendo, escapando de los rivales, para que no lo conecten.
“Canelo” apuesta a su mandíbula de hierro. Nunca lo han tirado a la lona. Apuesta a que puede “tragarse” los golpes del rival y luego, con una combinación, acabar el combate. Y ésa es su carta de triunfo. Una opción que pocos le dan, pero que es real.
“Cuando tienes pegada, el nocaut llega solo”, dice Álvarez. “No me apresuro, hago mi trabajo y ahí vemos los resultados”.
En un combate que será un ejercicio de paciencia, Mayweather sabe que su pegada daña por persistencia, no por potencia.
Él sabe que en las 147 libras al único que pudo noquear fue a Ricky Hatton y, de manera incidental, a “Vicious” Ortiz, y eso es poco.
Y también sabe que frente a un superwelter solo le queda moverse y correr.
“Mayweather nunca se ha visto bien ante hombres con un peso de 154 libras”, dice Julio César Chávez.
Con toda razón, porque sus únicas apariciones como superwelter, frente a Óscar de la Hoya y Miguel Cotto, han sido sus dos peleas más complicadas.
Frente a De la Hoya ganó por decisión dividida, la única en su carrera, y ante Cotto recibió lo suyo y estuvo lejos del brillo de otras noches.
“Mayweather hace su récord con boxeadores que ya están de bajada, como Mosley y Baldomir”, dijo De la Hoya.
Y como él mismo, que llegó donde el entonces “Pretty Boy” con dos derrotas en cuatro combates.
¿Qué es lo distinto ahora?
Lo nuevo es que esta vez pelea frente a un 154 libras al que no puede lastimar, porque ya está visto que no tiene pegada.
Tiene todavía piernas para escapar, pero… ¿para cuántos asaltos?
Si es sometido a presión, ¿cuántos asaltos puede correr? Ésa es la carta de triunfo, pequeña, esquiva, oculta si se quiere, pero real, de “Canelo”.
Todos los grandes boxeadores tuvieron que perder alguna vez, y luego hubo una explicación válida para esas derrotas.
“Es ahora cuando Mayweather Jr., enfrenta a un peleador entero… a un boxeador que lo puede derrotar”, nos dijo De la Hoya.
Mayweather tiene 36 años y un físico prodigioso que no le bastará para dañar a su rival de mañana, que apostará a su quijada irrompible siguiendo por todo el cuadrilátero a un hombre que, hasta ahora, ha sido inalcanzable para sus adversarios.
Escapar o escapar, Mayweather no tiene otra opción porque, si se arrima, se arriesga.
“Money” es un viejo sabio, pero al frente tiene a un hombre que tenía 6 años cuando él ya era profesional. Un atleta repleto de vitalidad que puede gastar fuerzas toda la noche intentándolo, y que en el último cuarto del combate puede recordarle que a los 36 años se puede ser joven para muchas cosas, pero no para escribir hazañas en el boxeo.
El gran “Mano de Piedra” Durán solía decirle a sus rivales: “Te cambio dos tuyos por uno mío”.
“Canelo” Álvarez, con su quijada de burro, también puede cambiar dos por uno porque sabe que estará frente a un hombre que no puede lastimarlo con sus golpes.
Corre, Floyd, corre.