Culpable hombre por asesinar a transgénero en Queens

"Nada podrá devolverme a mi hija", dijo la madre de Amanda González Andújar tras conocer el veredicto contra Rasheen Everett

Minerva Andújar (con sombrero) sale de la corte junto a familiares y amigos de su hija transgénero Amanda González.

Minerva Andújar (con sombrero) sale de la corte junto a familiares y amigos de su hija transgénero Amanda González. Crédito: EDLP / Mariela Lombard

Queens — El hombre acusado de asesinar a una transgénero en Queens en 2010 fue encontrado ayer culpable, y podría ser sentenciado a pasar 40 años entre rejas.

Familiares y amigos de Amanda González Andújar recibieron, con mucha emoción, el veredicto pronunciado por el jurado, que encontró culpable a Rasheen Everett, de 32 años, por cargos de homicidio, robo y alterar evidencias.

La madre de la víctima, Minerva Andújar, expresó en medio del llanto sentirse “aliviada”, pese a que recalcó que “nada podrá devolverme a mi hija”.

González Andújar, de ascendencia puertorriqueña, fue asesinada el 27 de marzo de 2010, y su cuerpo de 29 años fue encontrado desnudo en la cama de su apartamento en Glendale. El forense determinó que murió por estrangulamiento.

Su madre, quien estuvo presente durante todo el juicio, afirmó que tiene la esperanza que el juez Richard Buchter condene a Everett a la pena máxima de 40 años el día de su sentencia, fijada para el próximo 5 de diciembre.

El jurado, compuesto por nueve hombres y tres mujeres, escuchó durante dos semanas las evidencias presentadas por la fiscalía, incluyendo una cinta de video en la que se ve al acusado cuando entra a la vivienda de la víctima, y cómo sale 18 horas más tarde con dos bolsas con pertenencias de González Andújar.

Everett, que vestía un traje oscuro, se mantuvo todo el tiempo con una sonrisa en el rostro.

En la sala de la corte de Queens se sentaron a un lado alrededor de 20 personas, entre familiares y amigos de la víctima, y del otro unas ocho que acompañaban al acusado.

Amanda, quien nació en Nueva York con el nombre de Edelbuerto, fue descrita por su progenitora como una joven alegre y jovial, para quien “la vida era una fiesta y siempre le gustaba ayudar a los demás”.

En el momento del crimen, la víctima se había retirado de trabajar en un hospital, donde era asistente administrativa, y se encontraba gestionando su ingreso a la universidad.

“Quería estudiar una carrera corta que le permitiera seguir ascendiendo en el área administrativa. Era muy trabajadora”, dijo su madre. “La llevaré en mi corazón como una buena hija”.

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