Hallan cobalto 60 “robado” en México
Autoridades de seguridad nuclear de México reportan que ya hallaron el material radioactivo cuya pérdida se reportó en relación con el robo de un camión
MÉXICO.- Autoridades localizaron en una zona despoblada del centro de México el cobalto 60, un material radiactivo que estaba dentro de equipo médico en desuso, y que fue robado junto con el camión que lo transportaba, informó el director de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear del país, Juan Eibenschutz.
El funcionario dijo que el área de riesgo es de 500 metros alrededor de donde se encontró el cobalto 60, pero que más allá de ese radio no hay mayores riesgos.
Poco antes, el mismo funcionario dijo que se había localizado el contenedor abierto y vacío del cobalto junto con el camión. El cobalto 60 (60Co) se usa en tratamientos médicos y es altamente tóxico para los seres humanos.
El hallazgo ocurrió en la comunidad de Hueypoxtla, en el Estado de México, vecino a la capital.
El camión que transportaba equipo médico en desuso, que contiene el material radiactivo, fue robado de una gasolinera en el estado de Hidalgo, vecino al Estado de México. Las autoridades habían dicho que es extremadamente peligroso. “El material no está dentro del contenedor”, dijo Eibenschutz.
El funcionario comentó que la fuente radiactiva fue detectada aproximadamente a un kilómetro (media milla) de donde se encontró el camión y el contenedor, en una zona despoblada. “No nos podemos acercar, hay nivel alto de radiación”, añadió.
El mismo funcionario había dicho horas antes que la cantidad de material radioactivo podría causar serios daños en caso de que lograra ser abierto.
La exposición directa al cobalto 60 provocaría la muerte en minutos, añadió.
El equipo, utilizado para radioterapia, pertenecía al Instituto Mexicano del Seguro Social y estaba fuera de uso.
El camión con la leyenda “Transportes Ortiz” salió de la ciudad fronteriza norteña de Tijuana el 28 de noviembre. Se dirigía hacia el centro de desechos radioactivos en el estado de México, pero antes el chofer se detuvo a descansar en una gasolinera en la comunidad de Tepojaco, en el estado central de Hidalgo, según dijo el propio conductor Valentín Escamilla Ortiz a las autoridades.
El hombre dijo que dormía dentro del camión cuando dos individuos con armas de fuego se acercaron a la 1:30 a.m. del martes. Los delincuentes lo hicieron bajar, le ataron de pies y manos y lo abandonaron en un terreno baldío cercano.
Cuando Escamilla logró soltarse regresó corriendo a la gasolinera para pedir ayuda.
La AIEA describió la carga como “extremadamente peligrosa” si se daña o se retira de su cubierta protectora.
El camión tiene un localizador GPS, pero no estaba activado al momento del robo, dijo Eibenschutz, quien aseguró que el material no podría ser usado para hacer una bomba nuclear, pero podría ser usado en un explosivo que disemine material radioactivo.
El director de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias refirió que en México hay un promedio de media docena de robos anuales reportados de material radioactivo, pero ninguno ha sido algo intencional, lo cual significa que los ladrones no buscaban el material, sino que querían los vehículos o los contenedores que transportaban.
Ese tipo de robos no intencionales no son poco frecuentes, dijo un funcionario allegado a casos reportados por los miembros de la AIEA, quien no estaba autorizado a comentar públicamente sobre el tema. En ocasiones, material radioactivo es vendido como chatarra, causando daños serios a personas que sin saber entrar en contacto con él.
Un caso famoso en México de material radioactivo robado ocurrió en 1970, cuando un ladrón murió y el otro resultó herido cuando abrieron el contenedor, dijo Eibenschutz. El contenedor fue vendido a una fundidora.
Ahora, refirió el funcionario, todas las fundidoras tienen equipo para detectar radioactividad.
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Contribuyeron con esta nota los periodistas de The Associated Press Emilio López, en Pachuca, México; Katherine Corcoran, en ciudad de México; Alicia A. Caldwell en Washington, y George Jahn en Viena.