Menores en NYC con nuevos escondites para las drogas
Lugares que los jóvenes utilizan para no ser descubiertos por sus padres
NUEVA YORK— A comienzos de año, mientras inspeccionaba el cuarto de su hijo de 15 años en su apartamento en El Bronx, se cumplieron los peores temores de la puertorriqueña Dora Sánchez, cuando encontró un paquete de marihuana.
“El paquete estaba camuflado dentro de un emparedado de mantequilla de maní, guardado en una de sus gavetas”, relató la madre de 36 años, quien aseguró que se quedó paralizada al momento del hallazgo.
“Cerré y abrí los ojos varias veces, con la esperanza de que se tratara de un sueño. Es difícil siquiera sospechar que el hijo de uno use drogas, y menos admitirlo”, reflexionó.
Cuando lo confrontó, la respuesta del menor fue: “Me lo dio un amigo para guardar, y no sabía lo que era”. Finalmente terminó aceptando su responsabilidad.
Escondites y recursos que sorprenden por su ingenio, y que deberían alertar a los padres, son parte de las charlas que el capitán Santiago Cabrera, del Departamento de Policía de West New York, Nueva Jersey, habitualmente dicta a grupos y en escuelas de su jurisdicción.
“Si un padre habla todos los días con sus hijos, notará inmediatamente cuando empieza a haber un cambio de conducta, y es ahí donde se debe comenzar a investigar la razón”, explicó el uniformado.
Cabrera recalcó que si bien los escondrijos más utilizados por los jóvenes son maletines, zapatos, debajo de la cama y libros, muchos optan por otros sitios menos comunes. “Por eso hay que revisar todo”, subrayó.
“Los padres tienen el derecho de entrar en los cuartos de sus hijos y no están violando ningún tipo de privacidad, porque si no se tiene nada que esconder, esto no debe ser una preocupación”, añadió Cabrera.
La hondureña Estela Rigo, residente en Jersey City, Nueva Jersey, admitió que en dos ocasiones le ha encontrado cigarrillos con marihuana a su hijo de 13 años, que los tenía escondidos en una caja de chicles y en un protector de labios. Revisar el cuarto de su hijo “es una tortura por el temor que me produce encontrarle droga”, confesó.
La madre de 42 años afirmó que, constantemente, revisa las pertenencias de su vástago, a quien actualmente tiene “a prueba” y lo somete a exámenes de drogas. “Si llega a dar positivo le dije que lo metería a un programa de rehabilitación”.
La doctora en trabajo social Dolly Sacristán recomendó que, a la hora de hablar con los hijos de drogas, los padres deben ser directos pero sin agresividad.
“Hay que explicarles no sólo de los peligros que conlleva el uso de cualquier tipo de droga, sino que además tiene implicaciones para ellos y para toda la familia“, precisó.
Buscar en el cuarto de su hijo es una decisión que debe tomar cada padre si nota cualquier cambio en el comportamiento del menor. Expertos sostienen que la mera sospecha de un padre de que su hijo/a está usando drogas, es válida para requisar el cuarto.